Compromiso y pasión
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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Ante los actuales retos para la prensa cubana, el responsable de lo que se publica es el director de cada medio, como patentiza el acuerdo del Buró Político del Comité Central del Partido, desde finales de la década de los ochenta, del siglo pasado.
Como afirma Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la Nación, desde el Partido y el Gobierno existe la propuesta de reflejar el trabajo de estas instancias de forma transparente, pero es responsabilidad de cada medio de prensa la manera en que se informa.
Con la presentación oficial de Ley de Comunicación Social de Cuba se abren caminos para lograr el periodismo que urge para el país, al perfeccionar el funcionamiento de la prensa, en medio de la compleja situación económica y social.
Están creadas las bases políticas, legales e institucionales para la necesaria transformación, pero es en cada redacción mediática donde se gana la batalla en la misma medida en que respondan a sus audiencias, crea un marco común para que cada medio diseñe su propio proyecto de cambio, desde la discusión colectiva de sus profesionales y del liderazgo de sus directivos.
Desde la ciencia, con la resistencia creativa hay que robustecer la credibilidad con tantas fragmentaciones en la actualidad, para mantener la necesaria hegemonía de la comunicación, un pilar del Gobierno, pero todos deben entender esa importancia.
Son complejidades que retan cotidianamente para transitar del esquema tradicional al multimediático, la mixtura entre lo editorial y económico, el desempeño clave de la función social, lograr una agenda mediática acorde con las exigencias de los públicos y el paso a una fábrica de contenidos desde la noticia.
Para estos necesarios cambios está la estructura legal como actor económico, autonomía administrativa y financiera, estructura laboral y retribución salarial y ofertas mediáticas y comerciales. Este experimento apuesta por una diversificación de las fuentes de ingresos, además de poder generar alianzas y pertrecharse de otras experiencias.
Para consolidar este modelo moderno de gestión de la prensa requiere perfeccionarse definitivamente el acceso a las fuentes, consolidar la convergencia mediática, con temas propios desde la proactividad del colectivo con mayor objetividad, veracidad, como acaece en la cotidianidad cubana, desde correcto manejo de las agendas: política, pública y mediática, decisivas para ascender en las principales transformaciones, tanto en lo editorial como en lo económico.
Una misión esencial es consolidar el amor y compromiso por la profesión, con la participación de los periodistas en la toma de decisiones editoriales, desde el mayor respeto profesional, con constantes debates sobre la jerarquización temática, porque ante tantas amenazas, sobre todo salarial, lo que salva al gremio es el compromiso y la pasión.
Es informar oportuna y críticamente, desplegar, sin temor la polémica, la réplica, los trabajos investigativos sin importar sacrificios ni riesgos, desterrar la chapucería, no tomar la ruta más anodina, para tratar temas de alto interés público, porque al pueblo nos debemos como “soldados de la pluma”, para hacer cada día un mejor periodismo, como certeramente ampara la política informativa, tan defendida por Fidel y Raúl.
Nadie tiene facultad para querer revisar los trabajos periodísticos que se van a publicar, un incorrecto hábito, que en algunos casos, trata de resurgir, como me comenta nuestra directora Maribel Flamand Sánchez.
Como sentencia Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de Cuba: “la prensa, tiene el respaldo del Partido para desatar los nudos que atan el pensamiento, pero es fundamental la innovación que empieza en la academia, aunque no es solo responsabilidad de las universidades…”
Martí, “ese misterio que nos acompaña” en el lejano Siglo XIX y nos toca defenderlo decididamente, define: “La prensa es el can guardador de la casa patria”.