Poderosa herramienta

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Serie Primer grado. Foto: Tomada del Portal de la Televisión Cubana.

Las series televisivas tienen un impacto profundo en la forma en que los jóvenes perciben el mundo que les rodea y cómo se relacionan con él.

Desde su popularización en la década de 1950 es apreciable su evolución, diversificación en géneros, temáticas, formatos, y así se han convertido en una parte importante de la cultura popular y poderosa herramienta de entretenimiento e influencia social.

En la actualidad estas abordan una amplia gama de temas, desde la comedia hasta el drama, pasando por la ciencia ficción, el crimen, la fantasía y el romance. Muchas de ellas han sido aclamadas por su capacidad para reflejar aspectos relevantes de la sociedad contemporánea, pues abordan cuestiones como la diversidad, la igualdad de género, la salud mental, la justicia social y los derechos humanos.

Sin embargo, no todos los seriales son igualmente beneficiosos para los jóvenes. Algunas producciones pueden implicar contenidos inapropiados o perjudiciales, como escenas de violencia explícita, consumo de drogas, relaciones tóxicas o comportamientos irresponsables. Estas representaciones distorsionadas de la realidad pueden influir negativamente en la percepción de los jóvenes y personas en general sobre sí mismos, los demás o el mundo.

La exposición excesiva a contenidos violentos, por ejemplo: puede tener consecuencias perjudiciales para la salud mental. Estudios han demostrado que muchos individuos se desensibilizan, al punto que aumentan así su tolerancia hacia comportamientos agresivos.

Serie Calendario.

En la actualidad se observa un fenómeno preocupante relacionado con el cambio de personalidad y comportamiento de los jóvenes influenciados por los personajes que ven en las series televisivas. La necesidad de imitar a los actores y actrices que protagonizan estas producciones ha llevado a una distorsión de la identidad y los valores de muchos adolescentes, quienes buscan replicar esas conductas en su cotidianidad.

Y lo que es peor, la normalización de esas conductas puede llevar a una falta de conciencia sobre las consecuencias reales de esas acciones.Los jóvenes, en su búsqueda de identidad y pertenencia, encuentran en los personajes televisivos modelos a seguir y referentes de éxito, sin tener en cuenta que muchas veces son construcciones idealizadas.

El impacto negativo de esta imitación ciega conduce a la falta de discernimiento crítico, por eso es necesaria la presencia de guías adultas que orienten a los más chicos en la interpretación de lo que ven en la pantalla.

En ello tienen responsabilidad los padres, educadores y la sociedad en general,quienes deben estar atentos al impacto de estas cintas en los adolescentes y promover un consumo crítico y responsable de contenidos audiovisuales.

Serie Algo más que soñar.

Por otro lado, los creadores y productores también tienen un papel importante en esta ecuación. Es fundamental que se comprometan a crear contenidos cinematográficos que respeten valores éticos, promuevan mensajes positivos y contribuyan al desarrollo integral de los chicos.

Las series televisivas tienen el poder de educar, inspirar y motivar a las audiencias desde edades tempranas por lo que es crucial que se utilice este medio para fomentar una cultura de respeto, inclusión y responsabilidad social.
Resulta fundamental que se trabaje en conjunto para ofrecer alternativas a los jóvenes, que les permitan desarrollar una visión más amplia y enriquecedora del mundo, alejada de los estereotipos y clichés presentes en muchas series.


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