A contraluz

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Fachada actual de la Biblioteca Municipal “Armando Leyva Balaguer, otrora vivienda de Lizardo Martínez. Foto: De la autora

En la década de los años veinte, en Cuba afloraban ideas comunistas, tras múltiples acciones desarrolladas por Julio Antonio Mella, entre las que se encontraron la creación del Partido Comunista (1925) junto a Carlos Baliño.

Existían trabajadores en todo el país que defendían dichas ideas, aunque de forma clandestina. Gibara, la pequeña villa de Holguín, no estaba alejada de estos principios revolucionarios y diferentes.

Por aquel entonces, la situación económica de la ciudad portuaria iba en decadencia, solo unas pocas familias poseían tierras, venta de comida y comercio.

Lizardo Martínez, señor pudiente de la época, construyó su majestuosa casa enfrente al Parque de Armas. El inmueble presentaba estilo ecléctico: columnas de orden clásico, arcos, vitrales de medio punto, puerta principal de cristal, tenía sus iniciales e, igualmente, como el resto de las casas de la plaza, un gran portal que formaba parte del corredor, así como dos pisos, para mostrar su poderío.

La Biblioteca “Armando Leyva Balaguer” está situada cerca de la Estatua de la Libertad de Gibara. Foto: Archivo

Sin embargo, el señor Martínez no es querido por los pobladores de la Villa, era déspota y maltrataba a sus trabajadores.

Luego de varios meses viviendo en su casa, es pintado en el portal, justo en el centro, una hoz y un martillo. Indignado manda a su sirvienta a borrarlo y le arrojan ácido, lo que ocasiona que se marque y perdure el símbolo.

¿Quién lo hizo? ¿Cómo lo hizo, que aún está? Son tantas incógnitas y pocas investigaciones, solo se sabe que, a casi un siglo de construido, se puede encontrar "a contraluz”.

Otros historiadores y pobladores de la villa precisan que el símbolo estuvo desde la construcción de la casa, en una segunda capa del portal, y solo el paso del tiempo y el descuido lo ha sacado a la luz.

Fragmento del piso donde, a contraluz, se puede observar la hoz y el martillo. Foto: De la autora

En una de las visitas del dirigente Armando Hart, previó el desgaste y pérdida de tan importante joya para la historia de la Villa; y así ocurre, pues los pasos y el transcurrir del tiempo ya han colocado una grieta en su centro.

Los dueños de la casa y sus posteriores generaciones se marcharon del país poco tiempo después. Quedan muchas incógnitas, pero hoy, la gran casa del Señor Martínez resguarda a la Biblioteca Municipal “Armando Leyva Balaguer”.

La anécdota demuestra que la historia es imposible de ocultar y que, de nuestra parte, es necesario preservar ese fragmento de suelo de tanto valor y amor a los ideales comunistas.


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