El arte de hacer política
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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Es definitorio explicar, por todas las vías posibles, cada medida que requiere aplicarse hoy, con su estrategia comunicacional, por sencilla que parezca, para lograr consenso y el porqué es preciso hacerlo, de lo contrario crecen adversidades, incomprensiones y descontentos.
Armando Hart Dávalo, entre sus múltiples aportes como ideólogo de la Revolución Cuba, defiende: “la cultura de hacer política”, concepto que estudió y desarrolló a partir de su intensa trayectoria al servicio de la Patria. Asume como punto de partida la definición martiana y fidelista de política y la considera, básicamente, como una categoría de la práctica y la asocia a las ciencias sociales, como es la tecnología a las ciencias naturales.
Insiste en que es inevitable saber diferenciar y, a la vez relacionar, la ideología -entendida como producción de ideas-, con la ciencia, ética y política, cualidades que, al confundirse es nocivo en cualquier proceso revolucionario.
Su definición “unir para vencer” adquiere, ahora, categoría de fundamental con la destreza de explicar, con total inteligencia y transparencia todas las decisiones, en diálogo permanente, por las diversas vías, estructuras y niveles de la sociedad.
En Cuba hay muchas producciones de ideas, conceptos, medidas, proyectos que cambian las realidades cotidianas y, lamentablemente no todos entienden, así como otros, malintencionados, prefieren emplearlo negativamente, entonces fluyen diversos criterios sobre un mismo asunto que dividen opiniones, segmenta la sociedad y se enreda el verdadero propósito para esa toma de decisiones.
Por eso es fundamental el arte de hacer política ante tantos necesarios cambios, todos los cuales hacen una realidad versátil. Entonces, si la política es el conjunto de actividades que se asocian con la toma de decisiones es primordial hacerlo siempre con extrema cultura, para llegar al necesario consenso y poder entender las diversas situaciones, en fructíferos análisis para, entre todos, buscarles las más adecuadas soluciones a las contradicciones presentes.
Hoy en la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías son múltiples las tormentas de ideas, hasta de una hora para la otra, casi siempre en contra de la actual realidad cubana, de ahí el requerimiento de fortalecer la identidad nacional y los conceptos marxistas, filosóficos, educacionales y pedagógicas de nuestro proceso revolucionario.
Precisamos es construir, entre todos, cada día, una plataforma emancipadora en defensa de nuestra historia, cultura, ética y patriotismo ante las pretensiones de imponernos la restauración capitalista y neoliberal.
Como concepto clave para comprender y orientar cualquier acción en la toma de decisiones y la perentoria participación popular, cada día es una batalla ideológica para concientizar más y ratificar la importancia de la unidad, como mejor escenario para debatir sobre cómo implementar las medidas de recuperación de la economía cubana.
Urge actualizar, constantemente, el desempeño de la comunicación social, el quehacer del gobierno en la actualidad, la participación popular en la construcción de nuestro socialismo para, definitivamente, hacerlo más próspero y sostenible.
Con la nueva Constitución de la República, los acuerdos del Congreso y las directrices del Partido, la sociedad cubana debe ser un debate público y social en el arte de hacer política, para elevar la calidad de vida, con el correcto empleo de la ciencia, innovación, tecnología, resistencia creativa con el importante aporte de los académicos, investigadores, comunicadores, nuestras organizaciones, redes sociales y la prensa por sus diversas vías.
Para desde la sabiduría en el arte de hacer política vencer exitosamente, los obstáculos que se levantan ante el proyecto cubano trascendente y de cambios.
Sigamos la definición martiana de política, como “el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna, de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje, de caer sobre el enemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila y su batalla preparada.
Se trata de una categoría de la práctica que debe combinar sabiamente la radicalidad con la armonía y regirse por principios éticos. Así se expresa en la identidad nacional cubana, teniendo en su médula la cultura de hacer política de nuestras tradiciones.
Comentarios
El esclarecimiento ideológico durante la construcción del Socialismo es clave para enrumbar sus acciones.
Gracias