En cuadro apretado
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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La Revolución hay que reinventarla todos los días ante retos colosales y los diversos factores de desunión, de ahí el desafío perenne para la democracia cubana como el gobierno de las mayorías, con la activa participación ciudadana, en el derecho de todos a edificar sus sueños.
Apostamos por una Cuba soberana y de justicia social, sin egoísmos y todos debemos amarla, siempre defenderla y construirla permanentemente como hijos honestos, en combate constante contra lo mal hecho.
Esa participación de todos se fortalece en el proceso electoral de los órganos representativos del popular poder, en las diferentes instancias, al tener los ciudadanos el derecho a elegir, ser elegidos, todos son electivos y renovables, cuando nuestro único Partido no postula y el candidato puede o no ser militante.
Solo necesitamos en esos cargos hombres y mujeres que hablen con voz de pueblo, que sean proactivos, innovadores, sin jamás rendirse ni cansarse en la búsqueda constante para resolver tantos enredados problemas por la cruda realidad, las enormes carencias con el multiplicado deseo de enemigos y adversarios de vernos “perder el juego” de cada día.
Requerimos de debates constantes, de saber discrepar, con sólidos argumentos, de decir siempre la verdad, de no mentir jamás, ni buscar unanimidad de opiniones, no acordes a nuestras diversidades y apasionamientos, todo eso fortalecerá más la verdadera democracia cubana, delineada desde el mismo 1ro de enero de 1959.
Porque el país que necesitamos es de constante desarrollo, próspero y sostenible con menos carencias, más producciones, servicios, solidaridad entre todos que fortalezcan nuestros deseos de un socialismo auténtico a lo cubano: con todos y para el bien de todos, como defienden e inspiran Martí y Fidel, en sus prácticas inéditas para empoderar, cada vez más, al pueblo, ante el reto del perfeccionamiento constante de sus normas legales y sus mecanismos de participación.
El servidor público cubano tiene que reforzar esa vocación, con cada vez más herramientas para el control popular, en sistemáticos intercambios con su pueblo siempre tan rebosado de verdades y enseñanzas, sin formalismos, ni palabras altisonantes, preparado para escuchar cualquier opinión, saber construir consensos, para poder encontrar, entre todos, las soluciones creadoras acordes a las actuales realidades, que robustecen la credibilidad del sistema que queremos y defendemos con total valentía para la nación.
Nuestra mejor brújula es la unidad, como lo demuestra el Team Asere y que revela la visión martiana en su intensa labor política revolucionaria orientada, no solo a la liquidación del dominio colonial español, sino a contener la política expansionista del naciente imperialismo norteamericano de entonces.
Esa robusta herencia de la unidad es un factor decisivo en los reveses y victorias del proceso revolucionario cubano en su enmarañado desandar histórico, que excelentemente maneja Fidel, sustentada en sólidos cimientos éticos, asociados a la esencia humanista de la Revolución cubana.
Con esa unidad como escudo indispensablemente necesitamos andar cada vez más por nuestros barrios para evitar extravíos y mantener próspera la voluntad colectiva de pelear juntos y, entre todos, hacer más, cada día, por la Revolución, sin cejar en el empeño de enriquecer la democracia.
Construir y acrecentar la unidad es la máxima misión hoy, con la flexibilidad de contar con toda la diversidad posible, con el corazón henchido de amor por la Patria y, cómo avizora Martí: “Los que intentan resolver un problema, no pueden prescindir de ninguno de sus datos… ¡los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas!”
Este ejercicio consciente de democracia y participación ciudadana de mañana domingo, para elegir el órgano supremo del poder del Estado: la décima legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, acontece en cada cinco años, con la intención, cada vez más, de contar con los mejores hijos de su pueblo, para la prosperidad económico-social que, desde el ejemplo personal, todos debemos defender al amar y servir a Cuba.
En esta “hora del recuento y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado…” para desbrozar mejor el camino de tantas complejidades, desorganización, justificaciones, dejadez o desmedida benevolencia, violaciones de leyes y priorizar las necesidades más apremiantes y vitales según las actuales realidades para ser, cada vez, más fieles a nuestra historia con la mejor estrategia sustentada en el Concepto de Revolución del Comandante en Jefe.
Como ratifica Díaz-Canel : “En las elecciones de este 26 de marzo Cuba volverá a demostrar que no claudicará, que no nos rendiremos, que vamos a seguir adelante y lo haremos con inteligencia, con decisión y con valentía…”
Orgullosos y felices, por tan alto privilegio, elijamos esos dignos integrantes del Parlamento Cubano. Por la Patria vamos este domingo a las urnas por todos y para todos como un acto de conciencia.
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