Insuficiente todavía empleo del pago electrónico
- Por Maribel Flamand Sánchez
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A pesar de las ventajas del pago a través de dispositivos electrónicos - una muy importante es que evita el manejo y traslado de efectivos en cantidades significativas - en Holguín todavía no se consigue una correspondencia entre quienes lo emplean y la cantidad de personas con tarjetas magnéticas (TM), cuando más del 40 por ciento de los holguineros dispone, como promedio, de uno de estos dispositivos.
Claro está que para los desembolsos vía internet se necesita también un teléfono celular con sistema operativo Androide y conexión, lo cual no es la problemática fundamental pues Holguín está entre los tres primeros territorios del país con mayor clientela en la telefonía móvil (más de 569 mil usuarios, para una densidad de 55,42 aparatos por cada 100 habitantes) y con acceso a red de redes.
En nuestro contexto, cuando por razones bien conocidas escasean los cajeros automáticos, el uso de las pasarelas de pago (Transfermóvil y EnZona son las más populares) adquieren mayor relevancia al posibilitar el empleo de menos tiempo en colas para obtener efectivo o andar de un sitio a otro para encontrar alguno funcionando o con dinero, sin obviar la incidencia de la falta sistemática de fluido eléctrico en los últimos tiempos.
Tanto para las personas naturales como jurídicas el pago electrónico trae otras ventajas al reducir la movilidad de la población hacia oficinas comerciales y bancos, garantiza transacciones más seguras, menor circulación de efectivos y superior control contable y financiero, entre otras.
El mayor uso de este método de pago vía internet se concentra en la liquidación de las facturas telefónicas y de electricidad, pero aun cuando, por ejemplo, durante los primeros seis meses de este año dichos pagos se incrementaron en relación con el 2021, hay condiciones para explotar más estos procesos.
En los servicios del Grupo Empresarial de Comercio los resultados distan de ser satisfactorios, pues solo el 0,4 por ciento de lo recaudado es vía internet, aun cuando incluye los POS de las Tiendas de Materiales de la Construcción y los de código de respuesta rápida (QR). Llama la atención un porcentaje tan bajo, cuando el mecanismo de pago está extendido a las bodegas y una cifra importante de quienes realizan los mandados en casa son jubilados o pensionados propietarios de TM.
Mejor aceptación muestra el mecanismo en las liquidaciones de la contribución a la ONAT, donde se logra que el 64 por ciento se realice por esta vía, tanto por personas jurídicas como naturales; en el gas licuado se consigue el 22 por ciento de las compras online, en el 2021 fue del 1.17 por ciento, cifra que en el actual año se incrementa.
Un informe del grupo que monitorea esta actividad en el territorio alega debilidades en la implementación del pago electrónico en las entidades adscriptas al Grupo Empresarial de Comercio, como la falta de exigencia en los cuadros para su implementación y la existencia de estructuras para el pago, pero débilmente utilizadas.
Sin embargo, hay otra realidad inobjetable relacionada con la falta de mayor gestión para incentivar tanto el conocimiento como el empleo de los dispositivos y mecanismos que dan acceso a los pagos electrónicos. En el país se incrementan los pagos vía digital, a la par han de incrementarse y viabilizarse los mecanismos para la capacitación al respecto.
Los bancos realizan ferias para la venta de tarjetas y enseñanza de sus usos diversos, se establecen bonificaciones como incentivos para el fomento del pago electrónico y los Joven Club de Computación y Electrónica ponen su parte con cursos de habilitación, pero la realidad indica que no son suficientes las acciones en esta dirección.
La política de informatización se considera uno de los pilares de desarrollo del gobierno en el país, por tanto la capacitación es clave, ha de sistematizarse e intencionarse con opciones incluso en las comunidades donde vive y trabaja cada persona que dispone de una TM, dispositivo clave para el pago a través de plataformas digitales.
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