Audacia, de la mano de la prudencia

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Para un emprendedor, en la Cuba de hoy, combinar audacia y prudencia es un reto, con muchas posibilidades para el éxito, tanto personal como colectivo.

 

La audacia es muy importante para ese apelado cambio de mentalidad y, al fin, intentar actuar de manera diferente e innovar para modificar la situación, con la capacidad para arriesgarse, independientemente, a fuertes resistencias de diversos tipos.

Claro, es importante la prudencia, en cualquier acto, proceder con cuidado, de manera adecuada, cautelosa, moderada, reflexiva, sensata, con sensato juicio para labrar el buen camino y obtener los propósitos calculados con intrepidez.

Ambas cualidades pudieran parecer discordantes, la primera imperando hacia una actitud más conservadora y, la segunda, más arrojada, pero ambas son necesarias en diferentes situaciones de la vida.

Para adecuar las decisiones estamos en momentos que necesitamos, con adecuada inteligencia, activar las dos formas, porque ineludiblemente hay muchos riesgos, que exigen enormes cuidados, desde una óptima prudencia.

Siempre debemos saber que la audacia, sin juicio puede ser muy peligrosa y es precisamente el cuidado que debemos conocer para seguir adelante.

La cordura, desde planes calculados o entusiastas ideas saltarinas solo quedan en sueños si no eres capaz de atreverte, porque si no lo intentas, desde un primer paso, jamás fraguarán.

La vida, muchas veces, muestra que el éxito favorece a quienes saben combinar la audacia con la cautela, con decisiones desde la intrepidez, pero con precaución.

Es valiente estar consciente de que se puede perder y, a pesar de ello, dar la batalla, por difícil que sea la realidad.

La prudencia, sin duda, ayudará a protegerte, sin precipitarse, mientras la audacia permitirá mostrar la capacidad creativa y el coraje para actuar ante todo lo que puede cambiar para mejor.

Cuando hablamos de emprendimiento, la creatividad e innovación desempeñan un papel fundamental, son las que motivan a llevar a cabo un proyecto partiendo de aspiraciones o al identificar una necesidad existente en tus propósitos, para hallar lo ideal.

Las personas proactivas son emprendedoras y enérgicas, a favor de las transformaciones que pueden mejorar, en lugar de esperar, sentadas, soluciones posibles.

El término de “actitud proactiva” lo puso de moda, el filósofo estadounidense, Stephen Covey, en los años 90 del siglo pasado, referido al individuo capaz de auto-liderarse, independientemente de lo que sucede a su contorno.

Podemos reflexionar con el emperador de Francia, Napoleón Bonaparte: “Con audacia se puede intentar todo, mas no conseguir todo…” Mientras el poeta latino, Quinto Flaco Horacio, dijo: “La valentía que no va guiada por la prudencia, cae por su propio peso”.

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Author: Hilda Pupo Salazar
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Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

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