Síndrome del poeta instantáneo
- Por Liset Prego Díaz
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En un mundo regido por pantallas y bits, la poesía sigue emergiendo hasta de los supuestamente gélidos predios de la tecnología, allí germina, brota como en el muro la hiedra.
Si nos fijamos en muchos de los textos que circulan en las redes y su dudosa cualidad y calidad estéticas, pareciera que, en un afán por simplificar, premasticar, deglutir a los más jóvenes la literatura, nació la instapoesía.
De ella dicen algunos que es un nuevo género literario, pero sabemos bien que la rosa es rosa por bella y no porque en ella respire una flor, así la poesía es ella más allá de los soportes en los que se le trate de apresar.
Como antecedente más próximo la denominada literatura alternativa o ALT LIT. Para definir este fenómeno y sus singularidades se identifican rasgos como lo obvio: su publicación mayormente en Instagram y otras redes sociales; el acompañamiento del texto; casi siempre breve, por imágenes, el lenguaje coloquial, directo, juegos de palabras, el uso escaso de figuras retóricas y un poco de ese ejercicio performático en que lo literario y lo extraliterario se unen, que es ese exhibicionismo digital característicos de los años que corren.
También es propio de la instapoesía el surgimiento autores que invierten el flujo tradicional del libro. Muchas veces el texto hace un recorrido aparentemente de salmón entre las insondables aguas de las redes sociales y su furibunda corriente. Se trata de que las obras terminan en el papel impreso, como un viaje a la semilla, después de haber nacido en el ciberespacio.
Existen opiniones que hablan de la democratización de la poesía desde Instagram, bueno, creo que esto ya lo hacían bardos y trovadores hace ya bastante tiempo.
Se dice, además que ha calado más profundamente en los jóvenes, y tiene sentido si reconocemos cuán próximas son a las tecnologías las más bisoñas generaciones.
Es ingenuo suponer que todo lo que se publica de esta forma es poesía, también resulta un tanto pretencioso catalogarlo, quizás demasiado temprano, como género literario.
Varios autores como la indocanadiense Rupi Kaur, han roto esquemas triunfando desde este espacio virtual y con un componente básico, los seguidores que se convierten en promotores naturales de quienes escriben. Aunque esta chica encontró su éxito, en gran medida, por el discurso rupturista de género con que carga sus textos, ya fácilmente distinguibles en el ámbito instapoético.
Más allá de quienes consideren a este fenómeno algo menor, inclasificable como literatura, existen obras atendibles entre la hojarasca, como en todo. Y los poetas de Instagram han logrado acercar a los jóvenes la poesía, la propia Kaur implantó records con sus libros con ventas millonarias, tal vez lo que necesita cualquier poeta, independientemente de dónde publique sus textos es honestidad.