Eternamente Fidel

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Este 25 de noviembre se conmemora el IV aniversario de la desaparición física de Fidel Castro, líder histórico de la Revolución Cubana.
 
La noche del 25 de noviembre del 2016 era una noche fría, matizada por la impaciencia ante la falta de jonrones de los Cachorros holguineros en la temporada beisbolera de ese año.

Decidimos marcharnos antes del fin del partido para no presenciar la derrota. Justo a la salida suena el teléfono para dar una noticia más helada que la propia noche -Murió Fidel- ¿Fidel?- Sí, Fidel Castro, acaban de informarlo.

Creo que todos llegamos hasta la capital con el pensamiento y apelamos a la formación de sentidos. Por la fuerza arrolladora de su concepto, inmediatamente surgieron las letras y melodías, los poemas y consignas.

El pueblo se mantuvo “Cabalgando con Fidel” en cada velada de tristeza.
¿Birán, la Sierra o Santa Ifigenia? ¿Qué sitio tendría el honor de resguardarlo? Cualquiera hubiese sido adecuado, porque pertenece a cada rincón de este archipiélago; pero su lugar estaba junto a Martí, en el camposanto santiaguero. Luego emprendió su peregrinar por toda la Isla, en sentido inverso a su caravana de la Libertad; pero igualmente triunfante, inmortal.

Fue la más triste cobertura, la noticia que se resiste a ser cierta. Esperamos impacientes el instante de su paso a nuestro frente. Miles de personas formaban cordones en las aceras.

Disímiles iniciativas: Niños vestidos de barbudos, ancianos con un pecho de medallas, jóvenes con rostro de banderas, gente gritando, llorando, agradeciendo.

Hasta que finalmente las rosas blancas y la fuerza de su presencia se pronunciaron ante nosotros. Escuchamos tantas veces aquel lema: “Fidel, Fidel, qué tiene Fidel…” y no acabamos de descifrarlo.

Es una energía sobrehumana, magnética, indescriptible. No eran sus cenizas, era Fidel desde otra dimensión. Luego se refugió en una piedra guerrillera y hasta allí llegan millones a saludarlo.

Otra vez aparece noviembre sin ti, pero contigo. Pasa el invierno, pero permaneces en lo más cálido de nuestro pecho. Sigue la vida con sus juegos y, pese a los strike, desde lo que edificaste, sigues levantando las gradas y anotando carrera para nuestro equipo; para esta Cuba que asegura que la muerte no es pretexto: sigues recorriendo como en aguas y en un Granma nuestras decisiones, nuestros sueños y la férrea voluntad de continuar. Hasta Siempre Comandante. Noviembre vuelve para recordarte eterno.

Para el homenaje de los holguineros se realizació de un acto para la entrega de carnets del Partido Comunista de Cuba y la Unión de Jóvenes Comunistas a un grupo de leales seguidores de su ejemplo, que tuvo lugar en la mañana de este miércoles 25 frente al museo de historia La Periquera.
 
En todos los colectivos laborales se desarrollan durante la jornada actos de recordación a su legado, mientras que en la noche, el teatro Eddy Suñol acogerá la velada político cultural en la que se unirán representantes de diversos organismos e instituciones para regalarle a Fidel todo el amor que cabe en el corazón de un pueblo.
 

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Comentarios  

# Ventura Carballido Pupo 25-11-2020 16:36
Excelente prouesta de la joven periodita Yenni Torres que hace honor al hombre grande de los iglos XX y XXI, orgullo de America, del mundo y de los cubanos agradecidos. Con la venia del jefe de a página y de la autora deseo como añadidura colgar un trabajo que escribi --no publicado--justamemte cuando el Lider Historico de la Revolucion arribo a los 90 año de vida:LO QUE PLAMÉ EN UN LIBRO CUANDO FIDEL CUMPLIÓ 90 AÑOS

ELOGIO A UN COMANDANTE ETERNO:FIDEL

Ventura Carballido Pupo

Noventa años de gloria y de victoria, de grandes hazañas, sembrando amor por el planeta, al lado de los desvalidos de la tierra; cabalgando con su pueblo redentor.
Con sus nueve décadas y a lo largo de los años de la Revolución, ha impulsado y dirigido la lucha del pueblo por la consolidación del proceso de transformaciones, su avance hacia el Socialismo, por la unidad de las fuerzas progresistas, por los cambios económicos y sociales del país, el desarrollo de la educación, la salud, el deporte, la cultura y la ciencia, así como en el enfrentamiento a las agresiones externas y la conducción de una activa política exterior de principios.
Ese es nuestro Fidel, el de los pobres del mundo, el intrépido Comandante, del que muchos se preguntan ¿cómo ha podido demostrar tanto altruismo, exponiendo tantas veces su vida por otros?
El espacio resultaría ínfimo para poder relatar quién es Fidel: el hombre de la expedición de Cayo Confites, del Bogotazo, el que enfrentó a los sicarios de Batista y enardeció a la Universidad de La Habana por el camino revolucionario; el joven del Moncada, del exilio, del Granma, el de la Sierra Maestra; el de los momentos difíciles en las Coloradas y el del encuentro en Cinco Palmas con su hermano de sangre y de batalla y con los pocos combatientes que quedaron.
El guerrero de las grandes contiendas contra fuerzas superiores en hombres y armas; el líder al frente de la Columna Uno José Martí el que triunfalmente entró a La Habana un 8 de enero de 1959 luego de recorrer las principales ciudades de Cuba, mostrando auroras de libertad para la patria sumida tantos años en la ignominia y el atraso.
El Fidel que ha sido ejemplo como dirigente al frente de las difíciles batallas, el que estuvo a punto de perder la vida en el Río La Rioja cuando se dirigía a socorrer a los damnificados por los embates del Ciclón Flora en 1963. Ese es Fidel: el que con sesenta mil milicianos dirigiendo la Operación Jaula enfrentó las bandas contrarrevolucionarias alzadas contra los poderes del estado; el de la epopeya de Playa Girón encima de aquel tanque de guerra, dirigiendo el épico combate contra las fuerzas mercenarias. En fin es el Fidel a quien han tratado de borrar retrógrados pensamientos planificando más de seis centenas de atentados.
Ese es el Comandante Fidel Castro: el que lo ha dado todo, quien desafía su salud quebrantada y sigue con el fusil de ideas defendiendo a los humildes. No es el hombre de letras solamente; es el hombre de acción, el que ha hecho comprender a su pueblo y a las fuerzas revolucionarias del planeta el sentido de organización, el arte de enfrentar al enemigo y la necesidad de la preparación militar, política e ideológica como armas indispensables para la formación y el fortalecimiento de la conciencia.
Es el Fidel fidelísimo, el hombre de América, el que juzgado en solitario pronunció aquel discurso de autodefensa inmortalizado como La Historia me Absolverá; el que revivió aquella frase célebre de Villena cuando expresó "Hace falta una carga para matar bribones”; el que con desbordante emoción dio lectura a la histórica Carta de Despedida del Che escrita ante el llamado de las otras tierras del mundo reclamando el “concurso de sus modestos esfuerzos”; ese el Fidel , quien diera más tarde, con un manifiesto sufrimiento, la triste noticia de la muerte del Guerrillero Heroico.
El comandante Fidel fue quien ante la Organización de Naciones Unidas aquel 26 de septiembre de 1960, denunció frente a frente, al preponte Gobierno Norteamericano y a sus lacayos de América; quien despidió a los cubanos víctimas del crimen en el vuelo de Barbados; el que con una inteligencia, valentía y entereza manifiesta dio a conocer una proclama al pueblo de Cuba para hacer entrega de sus responsabilidades ante el imperativo impuesto por su estado de salud y confiar la dirección de la Revolución a otro de los paladines y compañero en todas las batallas: el Primer Vicepresidente Raúl Castro.
Ese es el Fidel de todos, el que sigue ayudando a la humanidad; el de la Cumbre de Río, el que ha librado una tenaz batalla a favor del medio ambiente, el amigo y hermano de Chávez. Ese es Fidel, quien en el 2005 llamó a cuidar la Revolución porque los propios revolucionarios podíamos autodestruirla, al que adoramos con intensidad; el Comandante glorioso, valiente, el inmortal, el imprescindible.
Sigue siendo aquel Comandante, el Primer Ministro del Gobierno después de 1959, que se hizo revolucionario en el fragor de la lucha en la universidad; el que luego se fue al Turquino con cuatrocientos médicos y veintiséis estomatólogos para entregarle simbólicamente sus títulos de graduados en reconocimiento a la primera promoción de profesionales de la Salud formada por la Revolución “de los humildes, por los humildes y para los humildes”.
Fidel, el carismático, agradable y servicial. Fidel es mucho Fidel. Ante el impacto de su personalidad la impresión que deja en cada uno es detectable; su huella es palpable porque: “Todos tenemos un Fidel particular a quien agradecer: el Fidel que nos educó en que siempre resta algo por decir; el Fidel que nos enseñó a no pedirle permiso a nadie para ser revolucionarios; el Fidel que nos inculcó que el derecho humano más legítimo, es el de soñar; el Fidel que se ha sabido ganar la admiración de todos, hasta de los que no están, porque la vida ha demostrado que a Cuba se le puede querer también desde la distancia. Y Cuba es Fidel”





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