Encaminar la ciencia en torno a la soberanía alimentaria
- Por Yanela Ruiz González
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Alcanzar la soberanía alimentaria, como vía de supervivencia ante la aguda crisis económica, acentuada por los efectos de la pandemia y hostiles políticas de embargo económico, financiero y comercial, es un tema recurrente en los debates y análisis de gobierno, para garantizar el plato de comida en la mesa de los más de 11 millones de cubanos, de los que poco más de un millón corresponden a la provincia de Holguín.
Aunque potenciar la producción de alimentos no es un asunto de reciente ocupación, pues mucho empeño ha llevado desde que el General de Ejército Raúl Castro Ruz lo catalogara de seguridad nacional, hoy urge fomentar alternativas que permitan obtener los alimentos esenciales, sin tener que invertir cuantiosas sumas en importaciones, que laceran aún más la economía.
En este sentido, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, reafirma la prioridad de producir aquí todo cuanto podamos para autoabastecernos e insiste en la necesidad de poner la ciencia en función de avanzar con los pasos que demanda el momento, para además, ser sostenibles en el tiempo.
Precisamente, para encaminar estos propósitos, se acordó la creación de polos científicos productivos, instrumento del que ya existía experiencia en la provincia holguinera, con resultados en otras ramas de la economía.
“A partir de estos referentes y a tono con la política del país, se fortaleció el polo holguinero, encabezado por el Gobernador de la provincia Julio César Estupiñán Rodríguez y conformado por el Citma, Agricultura, Azcuba, Industria alimentaria y la Universidad de Holguín”, explica Rigoberto Rivero Durán, coordinador de los Programas de Alimento del Gobierno provincial.
Manifiesta el coordinador que la misión principal de este polo está dirigida a aglutinar y propiciar la interacción de todos los organismos y entidades que producen alimentos y desarrollan la ciencia, innovación y tecnología, a fin de encausar los esfuerzos de la investigación e implementación y generalización de los resultados científicos hacia las áreas más necesitadas en esta actividad.
Al respecto, el DrC. Alejandro Torres Gómez de Cádiz, Delegado del Citma en el territorio, institución encargada del asesoramiento al Polo científico productivo, subraya: “Hicimos un levantamiento de todas las investigaciones sobre producción de alimentos y su nivel de aplicación. Este trabajo arrojó un grupo de deficiencias y sobre esta base trazamos una estrategia, que discutimos con los organismos e investigadores, ante la presencia de las autoridades gubernamentales y el acompañamiento del Partido, en uno de los encuentros que sostuvimos”.
“En este espacio, además, presentamos nuestra propia estrategia de trabajo y llevamos representantes de un grupo de entidades nuestras. El plan de acción que devino del encuentro se presentó en el Consejo de Gobernación, de modo que los presidentes de asambleas municipales e Intendentes también se apropiaron de las directrices de trabajo para velar por el cumplimiento de este plan en lo que concierne a sus localidades”, agregó Gómez de Cádiz.
Los restantes organismos e instituciones que integran el Polo tienen también sus estrategias de trabajo para implementar el programa de soberanía alimentaria y Educación Nutricional, organizada de acuerdo a las orientaciones emitidas por las instancias nacionales, contextualizadas a los intereses del territorio.
Por ejemplo, en el caso de la Agricultura, refiere Rosell Tamayo Díaz, Subdelegado general de este organismo: “El sistema de trabajo comprende 21 acciones que dan respuesta a 14 indicaciones ministeriales. Bajo el principio de integrar, aunar esfuerzos, identificar problemas y fomentar la búsqueda de soluciones, se renovó el grupo asesor provincial y están precisas las responsabilidades de cada uno de los actores (Delegación provincial, municipal, empresas, unidades productivas, UEICA, asociaciones y escuela ramal, en el territorio)”.
Una vez al mes sesiona el Polo Científico Productivo y semanalmente se chequea el cumplimiento de los acuerdos. En la última cita, se abordaron dos importantes temas relacionados con la cadena de valor y la aplicación de biofertilizantes y bioproductos, generados en los Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE), donde existen 12 líneas de producción de estos biopreparados para sustituir la aplicación de fertilizantes químicos y las herbicidas en las plantaciones.
De este modo, la provincia da sus primeros pasos para impulsar la investigación, profundización y aplicación de las ciencias en el desarrollo de los procesos productivos, un camino de mucho empeño, pero que permitirá alcanzar la soberanía alimentaria que tanto necesita concretarse en la mesa de los cubanos y en el bolsillo del país.
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