Haciendo lo mejor por Cuba
- Por Ania Fernández Torres
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“Las manzanas nunca caen lejos del árbol”, dice un antiguo proverbio, y la increíble vida del joven Manuel Pérez Almenares corrobora este adagio. Su padre, internacionalista de Angola y Venezuela, en la partida hacia este último país, ante la pregunta ¿Papi tú estarás seguro? respondió: “Yo estoy donde la Revolución crea que soy más útil.Me cuidaré, pero si pasa lo peor, será siempre por hacer lo correcto por Cuba”.
Fue justo la calidez de su familia, que le proporcionó una niñez feliz allá, en el verde y húmedo municipio de Frank País, donde nació el 26 de febrero de 1995, la cimiente de los valores de este joven, quien se desempeña actualmente como Profesor del Centro de Estudio AFITCOM de la Universidad de Holguín (UHo) y es el Secretario de la UJC en ese importante centro educativo.
No se cómo lo ha hecho con solo 25 años, pero este chico tiene ya un palmarés envidiable. Fue Presidente de la FEU de la UHo, Mejor Graduado Integral de La Facultad de Cultura Física y Deporte, Mejor Graduado Integral de La Universidad de Holguín, Premio al Mérito Científico Estudiantil, recibió Premio Citma nacional y fue el único estudiante de Cuba en el evento internacional CubaMotricidad -2018.
Es miembro del Proyecto de Investigación de Rehabilitación física comunitaria en pacientes con Ataxia Espinocerebelosa, participó en IV Taller Nacional de Tareas de Impacto fue Delegado al XVIII congreso de la OCLAE Venezuela 2019 y Delegado al XI congreso de la UJC.
Sobre cómo iba la vida antes de la COVID-19, vía WhatsApp, nos comenta:
"Mucho ajetreo, como es normal en una casa de altos estudios, los jóvenes ultimábamos detalles para celebrar el 4 de abril y preparándonos para el XI congreso de la UJC, implicados en disímiles tareas de impacto y activos en las redes sociales".
“Impartiendo clases, rehabilitando mis pacientes con Ataxia y superándome, en fin, lo que hace un joven comprometido en su universidad.Sigo en combate en las redes, trato de transmitir mensajes de aliento, hago algún trabajo a distancia e investigo. Mantengo comunicación con mis pacientes y con mis familiares y amigos y cumplo con la tarea que se me encomienda”.
Sobre cómo llegó a estar al frente de un centro de aislamiento, refirió: “Cuando una de nuestras sedes universitarias (Celia Sánchez) fue escogida para centro de aislamiento me incorporo, junto a otros miembros del consejo de dirección, incluidos la Rectora, la Secretaria del Partido y el vicerrector de extensión, a la limpieza e higienización de los dormitorios y al servicio de Pantry.
“La Sede Manuel Fajardo también comienza a funcionar como Centro de Aislamiento para contactos de los positivos, pues inmediatamente la Rectora me pide que acepte esa tarea y sin dudarlo dije que sí, con la conciencia de que era una encomienda difícil, a la cual nunca me había enfrentado, pero con la disposición de no faltar a la palabra pactada. En esencia fue así”.
Afirmó que no está solo han conformado equipos geniales, entre compañeros del Partido Municipal, el Gobierno, el doctor Dervis Escobar, al frente del personal de Salud y sus “tres ases de triunfo”: Michel Pérez García,Yudith Ferreiro Fuentes y Yohania Ochoa Ardite, decanos de la Facultad de Cultura Física, de Ciencias de la Educación y Comunicación, respectivamente.
Siente que nunca le falta la asesoría de Anabel Naranjo Paz, Secretaria del Comité del Partido, en la UHo e Isabel Cristina Torres, Rectora de la Universidad y Marisol Pérez Campaña, vicerrectora, junto a los dirigentes del sindicato y la administración.
A grandes rasgos nos narró cómo es un día ahí: “Hay que estar atento a todos los servicios y a los criterios de los aislados, para solucionar rápido cualquier percance. Verificar la recogida del personal de apoyo, si están listos el vestuario, las normas de seguridad, de los profesores del servicio de pantry, de quienes van a limpiar en la zona roja igual, aquellos que recogen los desechos, los que higienizan y lavan, la guardia del centro y el abastecimiento del almacén.
“También conocer si al servicio médico le inquieta algo, la disponibilidad del servicio de taxis y garantizar los partes para el Consejo de Defensa y varias tareas más que implican echar a andar una maquinaria, que funcione como reloj y eso solo se logra gracias al ‘equipazo’ tan comprometido con el que me tocó trabajar”, aseveró.
Con un poco de recelo y miedo, hasta cierto punto, lleva el tema de su familia, su madre y abuela, fundamentalmente. Sobre esto expresó: “Ellas me conocen bien, saben que no podría estar en casa y mirar cómo mis compañeros aportan y yo no poder contribuir. Me han inculcado los valores en los que hoy creo, sé que mami llora y, en ocasiones, ha dejado de comer por mi ausencia, pero cuando hablamos me alienta y dice que está orgullosa, igual que mi abuela. Los extraño mucho se me hace un nudo en la garganta cuando hablo de ellos, pero sé que no me perdonarían regresar sin la misión cumplida”.
Manolito afirmó sentirse bien, solo cumple con su deber en el momento complejo. Dice no saber qué hará cuando esto pase, quizás aplaudir fuerte, seguro que abrazar a su familia y amigos e indudablemente seguir en la primera línea, durante la etapa recuperativa a que se enfrentará el país. Del divino tesoro de su juventud le nacen aspiraciones como convertirse en Doctor en Ciencias, camino que hubiera iniciado en abril de no ser por la COVID-19.
Porque “las manzanas nunca caen lejos del árbol” sueña este chico, fuerte y vivaz, con construir una familia armónica como la suya, quiere mucha salud y prosperidad para su tierra, pues como sus padres desea aportarle a Cuba, lo que Cuba necesite.
Antes de terminar la entrevista online pregunté si quería hablarme de amores y dijo: “confieso que soy amante de la figura femenina, pero quiero y respeto mucho a mi pareja, quien lleva conmigo más de dos años. Solo Dios sabe si será quien permanezca en mi vejez, pero hasta el momento nos debemos uno al otro y no digo más”. Me juró no tener una sonrisa pícara en ese instante, pero yo no le creí.
Hace unos días su padre, a través de un mensaje, cuando supo que su retoño estaba en la primera línea de combate contra la COVID-19, al frente de un Centro de Aislamiento, hizo la misma pregunta y obtuvo idéntica respuesta. “Ño Niño, me pagaste con la misma moneda”, dijo, con el pecho repleto de orgullo, Manuel a Manolito.
Fue justo la calidez de su familia, que le proporcionó una niñez feliz allá, en el verde y húmedo municipio de Frank País, donde nació el 26 de febrero de 1995, la cimiente de los valores de este joven, quien se desempeña actualmente como Profesor del Centro de Estudio AFITCOM de la Universidad de Holguín (UHo) y es el Secretario de la UJC en ese importante centro educativo.
Le gustaban las matemáticas, la computación, la biología y saber todo sobre Martí y la historia, pero el deporte era una pasión insustituible. Después de haber cursado el bachillerato, obtuvo la carrera de Licenciatura en Cultura Física y fue llamado para cumplir con el Servicio Militar en la Base Naval Oriental: Dos Bahías.
No se cómo lo ha hecho con solo 25 años, pero este chico tiene ya un palmarés envidiable. Fue Presidente de la FEU de la UHo, Mejor Graduado Integral de La Facultad de Cultura Física y Deporte, Mejor Graduado Integral de La Universidad de Holguín, Premio al Mérito Científico Estudiantil, recibió Premio Citma nacional y fue el único estudiante de Cuba en el evento internacional CubaMotricidad -2018.
Es miembro del Proyecto de Investigación de Rehabilitación física comunitaria en pacientes con Ataxia Espinocerebelosa, participó en IV Taller Nacional de Tareas de Impacto fue Delegado al XVIII congreso de la OCLAE Venezuela 2019 y Delegado al XI congreso de la UJC.
Sobre cómo iba la vida antes de la COVID-19, vía WhatsApp, nos comenta:
"Mucho ajetreo, como es normal en una casa de altos estudios, los jóvenes ultimábamos detalles para celebrar el 4 de abril y preparándonos para el XI congreso de la UJC, implicados en disímiles tareas de impacto y activos en las redes sociales".
“Impartiendo clases, rehabilitando mis pacientes con Ataxia y superándome, en fin, lo que hace un joven comprometido en su universidad.Sigo en combate en las redes, trato de transmitir mensajes de aliento, hago algún trabajo a distancia e investigo. Mantengo comunicación con mis pacientes y con mis familiares y amigos y cumplo con la tarea que se me encomienda”.
Sobre cómo llegó a estar al frente de un centro de aislamiento, refirió: “Cuando una de nuestras sedes universitarias (Celia Sánchez) fue escogida para centro de aislamiento me incorporo, junto a otros miembros del consejo de dirección, incluidos la Rectora, la Secretaria del Partido y el vicerrector de extensión, a la limpieza e higienización de los dormitorios y al servicio de Pantry.
“La Sede Manuel Fajardo también comienza a funcionar como Centro de Aislamiento para contactos de los positivos, pues inmediatamente la Rectora me pide que acepte esa tarea y sin dudarlo dije que sí, con la conciencia de que era una encomienda difícil, a la cual nunca me había enfrentado, pero con la disposición de no faltar a la palabra pactada. En esencia fue así”.
Afirmó que no está solo han conformado equipos geniales, entre compañeros del Partido Municipal, el Gobierno, el doctor Dervis Escobar, al frente del personal de Salud y sus “tres ases de triunfo”: Michel Pérez García,Yudith Ferreiro Fuentes y Yohania Ochoa Ardite, decanos de la Facultad de Cultura Física, de Ciencias de la Educación y Comunicación, respectivamente.
Siente que nunca le falta la asesoría de Anabel Naranjo Paz, Secretaria del Comité del Partido, en la UHo e Isabel Cristina Torres, Rectora de la Universidad y Marisol Pérez Campaña, vicerrectora, junto a los dirigentes del sindicato y la administración.
A grandes rasgos nos narró cómo es un día ahí: “Hay que estar atento a todos los servicios y a los criterios de los aislados, para solucionar rápido cualquier percance. Verificar la recogida del personal de apoyo, si están listos el vestuario, las normas de seguridad, de los profesores del servicio de pantry, de quienes van a limpiar en la zona roja igual, aquellos que recogen los desechos, los que higienizan y lavan, la guardia del centro y el abastecimiento del almacén.
“También conocer si al servicio médico le inquieta algo, la disponibilidad del servicio de taxis y garantizar los partes para el Consejo de Defensa y varias tareas más que implican echar a andar una maquinaria, que funcione como reloj y eso solo se logra gracias al ‘equipazo’ tan comprometido con el que me tocó trabajar”, aseveró.
Con un poco de recelo y miedo, hasta cierto punto, lleva el tema de su familia, su madre y abuela, fundamentalmente. Sobre esto expresó: “Ellas me conocen bien, saben que no podría estar en casa y mirar cómo mis compañeros aportan y yo no poder contribuir. Me han inculcado los valores en los que hoy creo, sé que mami llora y, en ocasiones, ha dejado de comer por mi ausencia, pero cuando hablamos me alienta y dice que está orgullosa, igual que mi abuela. Los extraño mucho se me hace un nudo en la garganta cuando hablo de ellos, pero sé que no me perdonarían regresar sin la misión cumplida”.
Manolito afirmó sentirse bien, solo cumple con su deber en el momento complejo. Dice no saber qué hará cuando esto pase, quizás aplaudir fuerte, seguro que abrazar a su familia y amigos e indudablemente seguir en la primera línea, durante la etapa recuperativa a que se enfrentará el país. Del divino tesoro de su juventud le nacen aspiraciones como convertirse en Doctor en Ciencias, camino que hubiera iniciado en abril de no ser por la COVID-19.
Porque “las manzanas nunca caen lejos del árbol” sueña este chico, fuerte y vivaz, con construir una familia armónica como la suya, quiere mucha salud y prosperidad para su tierra, pues como sus padres desea aportarle a Cuba, lo que Cuba necesite.
Antes de terminar la entrevista online pregunté si quería hablarme de amores y dijo: “confieso que soy amante de la figura femenina, pero quiero y respeto mucho a mi pareja, quien lleva conmigo más de dos años. Solo Dios sabe si será quien permanezca en mi vejez, pero hasta el momento nos debemos uno al otro y no digo más”. Me juró no tener una sonrisa pícara en ese instante, pero yo no le creí.
Comentarios
Primo, desde esta otra trinchera de la revolución, recibe un abrazo y la certeza de que al regreso nos daremos un abrazo con la satisfacción del deber cumplido.
Hasta la Victoria Siempre
Viviremos y Venceremos.
(tu primo Rafelito)