Rigoberto Pulido: ¡Ese plátano es mío!

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Rigoberto Pulido Toro, joven destacado en la producción de cultivos varios en el municipio Banes. Fotos del autor
 
Una finca sin nombre. Una calle que conduce a un embarcadero. Mucha tierra, pocos miedos. Unas lomas que adornan una mañana nublada. El hombre, los hombres, allí no descansan, sudan, van de frente. Estamos en Banes, justo en el lugar que hace más feliz a Rigo. Llegamos a su finca, y la recorremos, de punta a cabo. Nos perdemos entre los cultivos de plátano, para sentir, oler y hasta probar de su cosecha.

Mientras, él nos cuenta parte de su historia, casi siempre con la risa puesta en su rostro. A la tierra, hay que entrarle con alegría, con pasión. Rigo, si hablamos de amor por lo que hace, es un tipo millonario. Ojalá todos los jóvenes fueran como él, que crece y crece, y no se detiene, no se acomoda. Un guajiro por naturaleza, con su traguito de ron, su machete, su sombrero, su cigarro Criollo. Este, es su momento.

Cuando llegamos nos da un abrazo como si nos conociera de toda la vida, y palpo, entre sus venas, su hospitalidad, su sabiduría ante lo que hace. Por eso debo describirle, se lo debo. De fondo el olor inconfundible y verde de campo, el paisaje se vuelve, con las horas, más poético. Después de contarnos miles de cuentos e historias de otros, le toca hablar sobre él y de cómo, solo con 29 años, ha logrado tanto. Muchos campesinos le preguntan qué hace, porque todo lo que siembra, se le da.
 
“El orgullo más lindo es desde que uno siembra una mata verla nacer y de ahí uno la forma, echarle el orgánico, echarle su agua. Aquí no hay tierra mala, el hombre sirviendo, las tierras sirven.

“Desde que uno tiene 13 ó 14 años y ve en la televisión las siembras y el orgullo de los campesinos cuando entregan sus cosechas y reciben reconocimientos, es lindo ver a esas personas echar pa’alante en condiciones de terreno bien molestas y prácticamente sin recursos. Uno tiene que estar después que siembra arriba de las cosechas por los cambios del clima, tiene que estar buscando soluciones, buscarle solución a los problemas, no buscarle problemas a la solución”, afirma convencido Rigoberto Pulido Toro, joven destacado en la producción de cultivos varios, y estimulado en varias ocasiones por las filas de Unión de Jóvenes Comunistas y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.
 
Todo hombre que trabaje, se esfuerce y tenga un propósito en la vida lo va a cumplir, lo va a obtener, pero con trabajo y sacrificio”

A diferencia de otros, Riguito prefiere la tierra, batirse bajo el sol, prefiere sacrificarse, trabajar: “Tengo poco porque vivo metido en el campo, no salgo al pueblo, no ando tomando por ahí y muchos me ven y me dicen  ´usted ha sido una gente de compromiso, con el legado de tu padre y de tu familia´ y eso para mí es tremendo orgullo. Los muchachos de mi edad hoy por hoy lo que andan es en el pueblo vestidos bonitos y yo, con botas, así mismo, manchado de plátano”, me lo dice, con sencillez.

“El mejor resultado que tiene un hombre es el fruto que recoge, un dinero que te caiga sin sudarlo no es dinero, muchos lo derrochan porque no saben el sacrificio que cuesta tener ese dinero, incluso prefieren gastarlo en vicios y a veces ni a la familia ayudan, incluso con gente enferma, ojalá nunca en mi país ni en el mundo hubiera gente enferma, pero estamos en tiempos de muchas enfermedades”.

Me dice que se levanta diariamente a las 5 y 30 de la mañana, con el canto de un gallo, pa’ sentirse, de verdad, en el batey. Pasa por casa de su madre, lo más grande que tiene, le deja su leche y sigue a su finca: “Lo primero que hago es abrirle la puerta a los trabajadores y darles el buen día. Hay que trabajar con amor, que las cosas por dinero no se hacen, las cosas se hacen y se ganan, se obtienen”.
 
“El orgullo más lindo es desde que uno siembra una mata verla nacer y de ahí uno la forma, echarle el orgánico, echarle su agua...."

“Yo no me detengo, no lo tengo miedo a nada. He estado siempre dando el paso adelante, en cuatro patas, en lo que sea, porque ya la cintura no te da para más. A veces me dicen ´tú no tienes que trabajar´ pero yo trabajo a la par de ellos, para sentir el sacrificio del trabajo, porque los veo y se sienten orgullosos de verme trabajando y dicen que pocos muchachos hay así, que trabajen ahí con uno pega’o al sol , así se sienten motivados y hacen el trabajo con amor”.

Cuenta este joven banense que años atrás allí nadie sembraba nada, todo era caña y bejuquera, que su padre fue el primero que cultivó, y entonces él se hizo asociado de su papá y trabajaron juntos. De eso ya hace cuatro años. Su padre no está. Pero él, dignamente, sigue sus pasos, esta vez con la Cooperativa “24 de febrero”.

“No importa que se te joda una cosecha, viene la otra, nunca es tiempo malo, empleo mis conocimientos en agricultura orgánica y biológica, que no hay daños en producciones de cosecha sana, que esas fumigaciones después le penetran al cultivo”, describe.

Rigo es un hombre que se ha superado ante lo difícil, ha cumplido parte de lo que añoró: “Uno de los sueños que tuve y cumplí fue tener el platanal de guantanamero, pero de ahí para acá he obtenido muchas cosas muy buenas, hectáreas de mis tierras están destinadas a círculos infantiles, a hogares de ancianos, es mi orgullo, mi enseñanza para otros que vendrán, porque también somos iguales y trabajan y sudan y madrugan”.

Su premisa radica en el amor que uno le dé a las siembras y la responsabilidad: “No hay nada imposible. Nosotros los jóvenes cubanos tenemos la responsabilidad de llevar una buena agricultura ecológica orgánica, un desarrollo en la plantación. Todo hombre que trabaje, se esfuerce, obtenga y se proponga un propósito en la vida lo va a cumplir, lo va a obtener, pero con trabajo y sacrificio”
 
Nosotros los jóvenes cubanos tenemos la responsabilidad de llevar una buena agricultura ecológica orgánica, un desarrollo en la plantación

No cree en metas ni fin: “Mira en los ciclones como la gente ayudando a las otras personas que no tienen esto ni lo otro, la Revolución es algo muy grande, cada palabra de Fidel te enseña”.

Se ríe mucho usted, ¿es un hombre feliz? : “Sí, soy hombre feliz, hay que trabajar con alegría, a las matas hay que transmitirle cosas buenas. Yo hasta le canto a las matas” ¿Y el futuro?: “Más que todo, mi proyecto es darle una buena enseñanza a mis hijos para que estudien y sigan mis pasos, para cuando yo venga a la finca verlos trabajando como lo he hecho yo”.

“Es una grandeza ser campesino, eso corre por la sangre. Hay muchachos del pueblo, que cuando ven a uno echar pa’alante dicen yo voy pa’allá bajo contigo y voy a ponerme a buscar una finca, y se lo proponen y lo hacen sin tener conocimientos de ningún tipo.

“Lo más gratificante para mí es cuando uno tiene una buena cosecha, es todo, porque uno lo da todo, no me gusta contar con lo que siembro, ni decir que tengo esto, ni que voy a coger esto. Es un orgullo cuando veo a la gente por las calles caminando con los racimos de plátano y digo,´ese plátano es mío´”. 
 
Author: Jorge Suñol Robles
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Periodista, hasta cuando duermo. Escribo porque las palabras pueden construir caminos y describir realidades, pueden cambiar el mundo. Melómano excesivo. Cubano, de pies a cabeza.

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Comentarios  

# Amauri Velázquez Zaldívar 07-09-2019 15:35
Compañero Jorge Suñol Robles.
Me gustan los trabajos periodísticos que publicas, realmente los disfruto, el de hoy fue tremendamente hermoso ¡ Ese plátano es mío!, no solo por mi afinidad con el sector campesino y por reconocer, desde la labor de la prensa, a valiosos jóvenes holguineros que como Riguito demuestran la valía de los hombres y mujeres del campo. lo realmente impresionante es que no solo leí tu publicación , la viví, parece que estaba en el lugar de los hechos, eso es buen periodismo. Cuenta con la ANAP para trabajos similares. Un abrazo. Amauri Velázquez Presidente Provincial ANAP Holguín. 24-424743 y 52869219.
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