El mejor trabajo está por escribirse
- Por Rubén Rodríguez González
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El pasado 14 de marzo, Día de la Prensa Cubana, la periodista Lourdes Pichs, reportera del semanario provincial ¡ahora!, recibió el Premio Abraham Portuondo “Por la obra de la vida”, que otorga la delegación de la Unión de Periodistas de Cuba en Holguín.
Por conocerla bien, los presentes en el parque Martí, de la oriental ciudad de Holguín, supimos que sus lágrimas encerraban un manojo de emociones imposibles de amordazar.
Mientras se leía el acta de otorgamiento, habían pasado por su corazón, vertiginosamente, cuatro décadas de trabajo y de existencia, con sus ganancias y sus pérdidas; sus combates ganados y sus batallas perdidas, y hasta las sombras sutiles de los entrañables, confundidas con la ventolera que derribó las flores para el Apóstol, hizo agitarse enloquecidas las banderas y dio tonos sobrenaturales a las voces de las cantantes del Teatro Lírico.
Enérgica, laboriosa, comprometida, apegada a sus raíces, reportera por excelencia y acuciosa investigadora; licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente y máster en Ciencias de la Comunicación, Lourdes Pichs Rodríguez es una mujer agradecida y compasiva, tanto como abuela dedicada de Alfredo Andrés y Andrea, y madre de Gretchen y Luly, que ha seguido sus huellas en la profesión. Antes de que se apague la emoción, la abordamos con un puñado de preguntas…
“El premio es un reconocimiento que agradezco a mis colegas, porque de todos he aprendido un poco en estos casi 41 años de servicio al Periodismo. Me sorprendió, pues cualquiera de los compañerospropuestos tiene sobrados méritos para recibirlo. Es un nuevo reto, así lo recibí”.
“Me gusta recordar mis orígenes, el de mis padres. Ella, trabajadora doméstica en casa de ricos de la ciudad de Holguín. A los 17 años, tuvo que salir de El Pital Adentro, en Velasco, en busca de trabajo para ayudar a su mamá, que cargaba caña para mantener a cinco hijos. Mi padre, trabajador de la construcción y lo que hubiera en Holguín. Así los sorprendió el Triunfo de la Revolución. ¿Qué hubiera sido yo? Ni pensar que periodista.
“Quise estudiar Derecho, pero no me llegó. Tuve la oportunidad de que en mi año reabrió la carrera de Periodismo en Santiago de Cuba y hacia allí fuimos mi padre y yo, a ver qué había. Hice la prueba de aptitud y un día, me llegó el telegrama: Aprobó. Me fui sin saber nada de periodismo. Ya de eso hace 46 años”.
Aunque has trabajado en la radio, la televisión y la docencia, al “Abraham Portuondo” llegas con una obra realizada mayormente en el periódico provincial…
¡ahora! es mi vida. Tengo una familia cortica, por lo cual a cada uno de los compañeros que han pasado por el Periódico lo tengo como un familiar más. Desde el 17 de agosto de 1981, no he hecho otra cosa que trabajar. Llegué con 24 años y mi hija mayor apenas tenía tres meses de nacida. Era un diario y había que trabajar duro todos los días. Llegabas de un municipio distante y el periódico estaba esperando por ti, tenías que escribir y estar en la redacción temprano a la mañana siguiente.
En esa etapa, perdí a mis padres y tuve que sobreponerme, trabajar y atender sola a mi hija, que supo de recorridos por los más disímiles lugares: campos de caña, fábricas, Domingos de la Defensa... No teníamos teléfono ni máquina de escribir en la casa. Fue una etapa de sacrificios, pero gratificante, porque me hizo crecer como profesional. El diarismo te hace crecer, se requiere de mayor precisión, ser más exquisito en lo que escribes, porque están los correctores y el “temible” corrector de estilo, con la punta de lápiz para emborronar cuartillas.
¿Cuáles son las implicaciones de llevar la columna más leída del semanario, de facilitación social y con matiz crítico?
La Columna la heredé de un colega, como también la dirección del núcleo del Partido durante 10 años. Un día de abril de 2003, inesperadamente, me dijeron que la asumiera; aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo. Había visto los trabajos que pasaba su titular desde que en 1995, en pleno Periodo Especial, fuera su timonel.
Esa sección implica una alta responsabilidad, porque debes resumir en poco espacio extensas cartas y mensajes de correo electrónico. Alguien dijo, con razón, que no es un simple intermediario entre lectores y organismos, sino un espacio vivo, abierto a la opinión y el debate entre emplazados y reclamantes. Puedes suponer la reacción de los organismos emplazados, pues a nadie le gusta que lo critiquen, y menos de manera pública. Me ha traído incomprensiones, pero la satisfacción mayor es que pocas veces me he equivocado, no por mí, sino porque alguien denunció determinado asunto y después se retractó, pero han sido los menos.
Agradezco haberme convertido en una servidora pública a través de esta Sección, que la gente agradece y reclama cuando no sale. Es curioso, porque escribo de Salud, Turismo y lo que haya que hacer; sin embargo, las personas, los lectores y directivos, me relacionan más con la Columna que con los trabajos de género. Para mi beneplácito, los organismos contestan a los cuestionamientos que se realizan en la Columna, y nada o muy poco los trabajos críticos extensos. La gente me aborda en la calle: “Anoche estaba pensando en ti”; creo que es por algo agradable y ahí mismo me suelta el problemón. O cuando escucho: “Voy a escribirle a Lourdes Pichs, y tú verás”. Y no es porque la haga yo, sino que cualquiera que atienda una sección de este tipo se convierte en un benefactor del pueblo, que tantas veces se ve maltratado.
Mi tesis de Maestría tuvo relación con esta sección y sus homólogas en la prensa provincial: “Sistema de tareas para favorecer la atención a las audiencias en las secciones Lo que usted opina, De primera mano y La columna de los lectores”. Lástima que ningún medio haya implementado este sistema…
Riesgos y satisfacciones del ejercicio de la crítica periodística.
Te tildan de pesada y criticona, te miran mal y muchas puertas se te cierran. Satisfacciones, muchas: tener el reconocimiento de los lectores y que se hayan resuelto muchos problemas, aparentemente insolubles, a partir de la crítica periodística.
Hablemos de la especialización temática o sectorización…
La sectorización tiene sus ventajas y desventajas. Un recién graduado debe escribir de todos los temas y en la medida que vaya tomando experiencia, podrá destinársele a un sector determinado. Si se hace lo contrario, cuando le corresponda salirse de ahí, le será muy difícil escribir o solo llegará a la epidermis.
Cuando llegué al Periódico, egresada de Universidad de Oriente, lo primero, como era habitual en mi época, fue atender FMC y CDR, pero pasando el tiempo tuve que cubrir otros sectores de manera paulatina:agricultura, ANAP, defensa, zafra, comunicaciones, acueducto y alcantarillado, construcción,gastronomía, hasta escribí de Cultura. Un buen día, la colega que estaba asignada a Salud Pública asumió cargo de dirección, y tuve la satisfacción de que me llegara este sector, donde llevo unos 35 años, y desde siempre he atendido Turismo. De lo único que no he escrito en el periódico es sobre deportes.
Las ventajas son varias, la primera y la más importante es que obliga al periodista a estudiar e investigar. Te relacionas tanto con la temática que logras dominar aspectos esenciales, terminologías específicas y creas una importante relación con las fuentes. Me falta mucho por saber de salud o turismo, pero he tratado de conocer lo principal de estos dos sectores complejos, sobre todo el primero, que es tan amplio y delicado, por todas sus implicaciones. Un término mal escrito o empleado incorrectamente en un trabajo de salud puede costar caro.
Además, con la sectorización te conviertes en un intermediario entre los especialistas y las audiencias, a partir de adaptar conceptos técnicos y especializados a un lenguaje periodístico, que haga posible la comprensión de los mismos a los lectores. Esto es complejo. Algunas veces le decimos a un médico: “por favor, hazme más ‘potable’ esa técnica intervencionista”.
¿Qué saldo profesional te deja el tiempo de COVID-19?
Estos dos años de pandemia han sido estresantes, pero a la vez reconfortantes. En muchas ocasiones, sentimos pavor por lo que acontecía; sufrí por mi familia, colegas, vecinos y cada persona enferma y fallecida; pero debía sobreponerme y trasmitir aliento a los lectores, al pueblo en general, a través de mis trabajos periodísticos. Logramos dar, casi en tiempo real, información para la página web con la infografía, para lo que formamos equipo con Adrián Fernández y mi hija Luly. Abordamos casi todos los géneros periodísticos, luego de obtener datos por vía telefónica, en la zona roja o en casa de un convaleciente que había estado entre la vida y la muerte.
Pudimos revelar el trabajo anónimo de muchos valientes: médicos, enfermeras, un mensajero, hasta el holguinero que trasladaba un balón de oxígeno o inventaba conectores para multiplicar el oxígeno. Sinceramente, la pandemia me hizo crecer y dejar a un lado problemas de salud que me hacen “vulnerable”, personales o de familia, para pensar en los que más me necesitaban.
Consejos a la hija periodista…
Ante todo, que estudie y no crea que por haber salido de la Universidad y ser máster, se las sabe todas. En Periodismo nunca es suficiente y el mejor trabajo periodístico está siempre por escribirse. Que la distingan la ética, el comportamiento y el ejemplo como profesional y persona. Que nunca se detenga ante los obstáculos: cada piedra en el camino constituye el reto próximo para ser mejor. Que los principios no se negocian y que sea valiente y osada en su desempeño profesional. Que lea mucho y respete siempre a los profesionales de mayor experiencia.
Librito del buen reportero…
Debe ser osado y honesto. No detenerse ante una negativa, seguir hasta lograr el trabajo. Estar siempre con el oído pegado a la tierra y con el pie en el estribo, para salir en busca de lo que las audiencias necesitan conocer, aclarar sus dudas. Ofrecer información veraz, clara y precisa. Aunque estés en casa, de vacaciones o en otro lugar, siempre eres periodista y tienes que asumir tu rol. No debes darte el lujo de ignorar lo trascendental que ocurra en el sector que atiendes. Lograda la información o trabajo, revisarlo bien, confrontar nombres y cargos; recoger el máximo de datos, pues es mejor desechar que quedarse “cojo” en un trabajo, y dar seguimiento a lo entregado en la redacción.
¿Por qué es necesario el periodismo de investigación?
El periodismo de investigación resulta vital en cualquier sociedad, más en la nuestra, porque utilizando las técnicas previstas desde la observación, la indagación de incógnito, el manejo de fuentes hasta la infiltración y las entrevistas, podemos revelar, poner al desnudo, visibilizar un problema que afecta a un lugar, personas o entidades, y proponer soluciones. También posibilita dar a conocer historias no contadas o desconocidas. Requiere de tiempo, perseverancia, de ser consecuente e imparcial. Tiene como recompensa que contribuyes, como dice una colega, a encender la luz para que salgan las cucarachas, que deben “matar” los responsables de que determinado problema exista, cuando es un trabajo investigativo de corte crítico.
Enfocado en tu Máster, opina sobre la necesidad de la superación del gremio.
Mi maestría fue una locura. A los 56 años, con ayuda de muchos que siempre recordaré, la vencí en momentos muy especiales de mi vida. Por eso digo que nunca es tarde para seguir superándose.
Me aportó herramientas para perfeccionar el periodismo de investigación. Para el periodista, debe ser una prioridad la superación constante, a través de posgrados, maestrías, cursos o la lectura de bibliografía sobre temáticas de la profesión y otras que eleven tu cultura general.
Fortalezas y debilidades de las nuevas tecnologías
Soy “analógica”, pero he tenido que migrar a las nuevas tecnologías, y “cacharreo” un poco. Aunque tenemos problemas con el equipamiento y hace falta mayor capacitación, las nuevas tecnologías facilitan la comunicación con otras personas y de los medios con sus públicos, garantizan el acceso rápido a la información, permiten publicar en tiempo real. ¿Debilidades? Algunos se van por la vía fácil, creen que todo está en Google y no buscan ni investigan. Otros, por estar amarrados al móvil, apenas hablan ni socializan.
Papel del periodismo en la guerra mediática en redes sociales…
Es fundamental, y a esta guerra mediática debemos incorporarnos todos. Es preciso empoderar la batalla simbólica en los medios, en nuestros perfiles. Defender nuestra verdad sin dejarnos provocar. Las redes sociales enajenan y te molestan las locuras que lees, pero recapacito y sigo de largo, pues si me fajo con algunos, le doy visibilidad.
Siempre he dicho que los trapos sucios los lavamos en casa; nuestros problemas tenemos que resolvernos desde dentro. No tolero la hipocresía de quienes decían “Patria o Muerte” y hoy escriben las estupideces más grandes en las redes, desde afuera.
Como al que no quiere caldo, tres tazas, te eligieron delegada del Poder Popular…
Fue un mandato muy intenso, que coincidió con que tenía otras muchas responsabilidades importantes, como secretaria del núcleo en Periódico, secretaria de Bloque de la FMC, atendía a militantes del área donde vivo…responsabilidades cuya liberación solicité para atender mi circunscripción, la 104. Todavía muchos me agradecen y recuerdan mi tiempo. Cómo olvidar que fue en la etapa del huracán Ike y con síndrome de dolor regional complejo en una pierna, tras un accidente en la motocicleta, tuve que recorrer casa por casa de los damnificados, para saber sus afectaciones y ayudarlos. Ese contacto con el pueblo es decisivo e importante para cualquier dirigente, del nivel que sea.
¿Qué le falta al periodismo holguinero actual?
Afrontamos problemas con el déficit de recursos imprescindibles para hacer periodismo, pero podemos hacer más por nuestra parte.Al periodismo nuestro le falta frescura, estamos llamados a perfeccionar el modelo de prensa. Que la agenda del medio se parezca más a la agenda pública, y que cada medio defina las líneas y estrategias de comunicación, construya su agenda y discuta de manera colectiva para llevar a las audiencias la realidad que vivimos, de una manera revolucionaria y nunca olvidar, porque como dijera Martí: “El periódico debe estar siempre como los correos antiguos, con el caballo enjaezado, la fusta en la mano, y la espuela en el tacón (…) Debe ser coqueta para seducir, catedrático para explicar, filósofo para mejorar, pilluelo para penetrar, guerrero para combatir.
Debe ser útil, sano, elegante, oportuno, saliente. En cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe, y los labios sin mancha que lo dictan”.