En Moa una obra colectiva de amor

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Eran desconocidos, un grupo diverso de Moa que se acercaba. Sintió miedo, a veces cuando andan como en manada suelen ser crueles, lanzar piedras, ser verdaderamente molestos. Pero estos no, lo llamaban a él, y disponían en un plato improvisado un poco de alimento. Dubitativo se acercó, olió y probó la primera comida decente de la semana. Tomó bocados grandes, con prisa, mirando a los lados, por si alguien intentaba robarle lo que ya era suyo. Ellos observaban, podría decirse que complacidos. Al terminar volvió la mirada hacia sus benefactores y movió la cola en señal de agradecimiento.

 


“Empezamos siendo un grupito de amantes de los animales que quería mejorar la calidad de vida de los callejeritos. La idea original es de Sucel Salazar, quien, preocupada por la situación de los animales callejeros del municipio trató de organizar algunas acciones a fin de paliar esta situación”, cuenta Danny Alfredo Berrío Landa, comunity manager y fundador del Proyecto Ayuda Animal Moa (PAAM), quien comparte sus labores en esta lid con las de especialista en mantenimiento en la Empresa Productora de Níquel y Cobalto Comandante Ernesto Che Guevara.


Emparejar dueños amorosos con mascotas necesitadas, darles un hogar, hacer valer la vida de perros y gatos es la experiencia cotidiana de Danny. “Una excompañera de trabajo que reside en el extranjero me contactó porque sus hijas, que aún viven aquí, con toda la tragedia del confinamiento, presentaban problemas de socialización y que le recomendaron una mascota. Por esos días nos llamaron para dar en adopción cuatro cachorros que acababan de nacer.


Debieron esperar 45 días para el destete y hacer la entrega, la abuela de las niñas se encargó de llevar comida a la perra para que pudiera amamantar a los cachorritos, y culminando el destete y desparasitación entregamos a Laida Melissa y Fabiana. Hoy Laida es la niña linda de la casa y los problemas de socialización de las pequeñas están mejorando. Por cosas como estas vale la pena lo que hacemos”.

 


A pasos agigantados andan estos muchachos. Buscan apoyo institucional, pero no dejan de hacer desde el voluntariado.


“Solicitamos un encuentro con Doraida Sánchez Pérez, intendente del municipio de Moa, para presentarnos como proyecto y solicitar su colaboración por parte del gobierno. Todo esto ocurrió en el mes de agosto.


Recientemente nos presentamos ante el Consejo de la Administración Municipal con la propuesta de establecernos como Proyecto de Desarrollo Local y nos aprobaron. Somos siete líderes que trabajamos en las bases legales. Actualmente estamos organizando el tema de la membresía y asociaciones.


Hoy vamos por más. Estamos alistando toda la permisología para modificar un inmueble que nos otorgará el gobierno para hacer un refugio y así ser la primera iniciativa de bienestar animal con refugio propio en el territorio”.

 

Danny Alfredo Berrío Landa, comunity manager y fundador del Proyecto Ayuda Animal Moa (PAAM).

 

No es un camino sencillo el que han escogido. A veces enfrentan pérdidas, obstáculos, carencias.


“Recién nos estábamos organizando cuando recibimos una denuncia de un cachorrito de apenas 15 o 20 días de nacido. Todo el equipo se movilizó para recogerlo donde nos habían indicado, cerca de la Villa Deportiva.


Fuimos al veterinario con él y diagnosticó que, a consecuencia de la falta de alimento, padecía de ascitis. Nuestra veterinaria lo trató y la presidenta se encargó personalmente de su atención.


Choco, así lo nombramos, era noticia en nuestro grupo de WhatsApp, pues ya comía solo. Una tarde supimos que había muerto. Entre los medicamentos y la malnutrición en sus pocos días de nacido, no soportó. Esto nos conmovió a todos”.

 


No tenemos formación afín para esta actividad. Tenemos en el grupo una estudiante de Ingeniería en Minas que tiene experiencia como veterinaria, pero también contamos con el apoyo de los profesionales del sector en el municipio para la esterilización y tratamientos de emergencia.


Contamos con el apoyo de gran parte de la población de Moa y esto se observa en las actividades que hemos desarrollado. Además de ferias, alimentar callejeros y eventos como CaniCross Moa, las líneas de trabajo incluyen el refugio, la proyección comunitaria y en las escuelas.


Por ahora, debido a las condiciones que tenemos, estamos circunscritos a los animales afectivos, dígase perros y gatos. Nuestro deseo es extendernos.


El compromiso es lo que nos mueve. Como individuos esto nos aporta satisfacción con el bienestar animal. El hecho de sacar uno de las calles o dar en adopción a un cachorro que otros no quieren o no pueden atender, es muy reconfortante. Aparte de eso, solo obtenemos mucho trabajo”.

 

Author: Liset Prego Díaz
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Yo vivo de preguntar… porque saber no puede ser lujo. Esta periodista muestra la cotidiana realidad, como la percibe o la siente, trastocada quizá por un vicio de graficar las vivencias como vistas con unos particulares lentes

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