Vocación versus temor
- Por Liset Prego Díaz
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Marcos Lores siempre soñó con la Medicina, antes de llegar al mundo de la salud se formó como técnico medio en Mecanización Agrícola, pero su vocación estaba intacta y después de esforzarse mucho logró estudiar Enfermería en la Filial de Ciencias Médicas de Moa.
Tabúes aparte, Marcos encontró en esta profesión su medida justa, porque unido a su habilidad para el manejo de los pacientes se encuentra su constante autopreparación.
Desde su graduación se dedica a los enfermos con una entrega y pericia admirables. Lo mismo en terapia intensiva que en otros servicios, no lo espantan los imprevistos, es resolutivo y diestro, empático y entregado.
Ahora se encuentra cumpliendo misión internacionalista en Venezuela. La expansión mundial de la COVID-19 lo encontró trabajando. Al principio de la enfermedad en el país suramericano estuvo pesquisando hasta que fue requerido en la zona roja.
“En Venezuela llevo ya 15 meses. Desde que llegué he estado dos veces en la zona roja porque mi perfil es de técnico en anestesiología y reanimación, antes solo habían entrado los enfermeros intensivistas y de emergencias.”
Hay una mirada entre la población al personal de salud como héroes, gente sin temor, infalible. Pero tú ¿sientes miedo al contagio?
“Siempre hay miedo, cada vez que se entra a la zona roja tememos. Aun con todas las medidas de precaución que uno implementa existe recelo por la posibilidad de contraer la enfermedad en cualquier momento. Pero el miedo nos mantiene a salvo.”
¿Cuántos pacientes ven a diario?
“Los pacientes van y vienen, casi siempre se tiene la sala llena, es decir alrededor de once de los cuales varios son reportados de críticos. Es difícil, uno está bajo estrés casi todo el tiempo y piensa entrar por una o dos horas por la mañana y cuando vienes a ver llevas cuatro o cinco horas o más. Así es casi siempre, sea mañana, tarde o noche.
A veces no tenemos la gratificación de ver a los pacientes que se recuperan en su totalidad pero poco a poco se va avanzando con ellos, tratando de darles fuerzas y la esperanza de que todo va a salir bien”.
La familia muchas pueden ser aprensiva y preocuparse por los trabajadores de la salud, con razón, por su grado exposición, por la incertidumbre. ¿Cómo ha reaccionado la tuya?
“A la familia trato de hacerle entender la necesidad del asunto y darle fuerzas para que no se preocupen demasiado. Les digo siempre que me estoy cuidando mucho. Sé que aun así ellos se preocupan pero también sé que cuento con su apoyo, tanto moral como espiritual. Ellos son la base para mantenerse firme aquí.”
¿Dónde te encuentras ahora?
“Estoy en los 14 días de cuarentena tras salir de la zona roja, descanso, busco relajarme y me preparo para volver al trabajo.”