Robert Julio, un apasionado del parapentismo
- Por Lianna Liz Navarro Rodríguez / Estudiante de Periodismo
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Cuando se habla del parapentismo, muchos lo asocian a los paracaídas, sin embargo, el paracaídas es para descender de una altura determinada y el parapente para volar. Sí tienen mucho que ver el uno con el otro, pues el parapentismo surge del paracaidismo.
Por otra parte, los parapentistas aprovechan las corrientes de aires ascendentes, provenientes de la atmósfera terrestre, para desplazarse.
En Holguín este deporte no es muy conocido, no obstante, lo practican un grupo de jóvenes en la Cordillera del Cerro Galano, dentro del perímetro permitido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Robert Julio Oro Rodríguez, integrante del equipo de parapentistas en Holguín, posee nueve años de experiencia en esta actividad y es actualmente el campeón en la provincia.
Con apenas 15 años de edad, Robert comenzó a desafiar las alturas y alude el tema con sobrada emoción: "Conocí el parapentismo mediante un amigo que lo practicaba.
"Como era menor de edad, necesitaba una carta firmada por mis padres para practicar este deporte. Sin tener la autorización, conversé con algunos parapentistas para entrenar en tierra y así recibí un curso teórico y práctico durante cinco meses.
"Luego del entrenamiento, el instructor les mostró a mis padres la preparación que había alcanzado y me permitieron avanzar al siguiente nivel, en el aire. Realicé el primer despegue en tándem, con el profesor de piloto. Más adelante saqué la licencia de vuelo libre", confesó Oro Rodríguez.
Adentrado ya en el deporte, participó como atleta invitado en el Campeonato Nacional de Parapentismo, efectuado en la provincia de Santiago de Cuba, en el año 2014.
"La competición se desarrolló en la loma de Puerto Boniato, donde concursaron parapentistas de todo el país. No obtuve ubicación oficial porque al ser menor de edad, no estaba permitida mi participación en el evento.
"Durante mi estancia en Santiago logré un récord de cinco horas con 30 minutos de vuelo, pero solo fue para entretenerme, por las limitaciones antes mencionadas", agregó Robert Julio.
Desde entonces el parapentista de la Ciudad cubana de los Parques interviene en los campeonatos nacionales como atleta de alto rendimiento alcanzando lugares relevantes en este evento desarrollado cada dos años.
"En un Open de la región oriental, terminé en primer lugar representando a la ciudad holguinera. En mi corto tiempo como piloto he alcanzado una altura máxima de dos mil 100 metros".
Comenta Robert que, “como todos los deportes extremos, el parapentismo tiene un alto por ciento de riesgos, no obstante, todos los parapentes deben estar certificados por el Club de Aviación de Cuba (CAC), lo que permite mayor organización en este grupo.
“El parapente posee un paracaídas de emergencia, redondo, que se usa en un caso extremo, cuando el planeador no abra más. Es una opción para salvar la vida, pero no evita golpes o daños mayores, porque no tiene timones para su conducción.
“Son diseñados por peso y categoría, no existen requisitos complejos para entrar al club de parapentistas, solo tienen que pasar por un chequeo médico completo, transitar por cursos teóricos y prácticos; adentrase en la meteorología, aerodinámica; nada difícil de conseguir si quieres volar".
La práctica constante y el tiempo, desarrollan la destreza, la técnica y por supuesto los conocimientos. Cuando el piloto dispone de experiencia, se guía por las señales de humo, dirección de las copas de las palmas y del vuelo de las aves. La distancia y altura dependen de las restricciones reglamentadas por las FAR, para evitar una violación del espacio aéreo.
"El tiempo promedio de un vuelo de entretenimiento es de aproximadamente 20 minutos, pero aquí también influyen las habilidades del conductor; el horario de vuelo está permitido desde el amanecer hasta el ocaso, sin embargo, siempre se necesita una autorización del club de aviación, el cual debe estar informado de los horarios de entrenamientos", explicó Robert Julio.
Para el joven holguinero, “el parapente es una mezcla de libertad con adrenalina, hermosas vistas y un aire exquisito. El cielo es de un azul eléctrico, las aves vuelan en tu misma dirección, siempre es diferente cuando ando por las nubes. La emoción cada vez más potente y el día que lo deje de sentir, dejaré de volar”.
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