Un holguinero en París
- Por Rosana Rivero Ricardo
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Para buscar y escribir la noticia él se entrenó cinco años. Mas, en poco tiempo, se acostumbró a ser la noticia misma. Erian Peña Pupo es un joven periodista con la inocencia y carisma de un crecido bebé de compota. También es poeta, narrador, ensayista, crítico de arte… y, por supuesto, un experto cazador de premios.
Dicen los amigos que a Erian le cuesta acertar un simple choque de palmas, al parecer, por un congénito dilema de coordinación de movimientos. No obstante, “tirándole” con sus obras a los jurados, es más infalible en la diana que el mismísimo Leuris Pupo.
Por eso, descansa en un amplio y abultado colchón de reconocimientos como el XXI Premio Nuevas Voces de la Poesía (Holguín, 2014); el “Cuentos Fríos” (Uneac, Matanzas, 2018); el Primer Premio del Concurso Nacional de Periodismo “Manolito Carbonell”, 2016 y el II Premio del XV Concurso de Ensayo “Viña Joven” (Santiago de Cuba, 2017).
Sin embargo, no deja de sorprenderse ante cada nuevo logro, como la obtención del primer lugar del IV Premio Casa Víctor Hugo de Estudios e Investigaciones (2018-2019), en la categoría de jóvenes ensayistas, el cual le será otorgado oficialmente en el mes de noviembre.
Sobre el concurso conversa con el mismo cuidado estilo de su literatura:
“El Premio Casa Víctor Hugo de Estudios e Investigaciones persigue estimular la investigación y la creación artística y literaria sobre los contactos e influencias entre las culturas francesa y cubana. Consiste en un viaje a París de una duración de 10 días. El mismo seguirá una ruta cultural e implicará una contribución a la promoción del Premio y un programa de investigación sobre un asunto vinculado con el tema del Premio”.
Este boleto directo a París no resultó “barato”. Mucho tuvo que investigar Erian para concretar su ensayo “La mirada cubana de Henri Cartier-Bresson”, que aborda las estancias del famoso fotorreportero francés en Cuba en 1934 y 1963:
“La obra de Henri Cartier-Bresson la conocí a través de la asignatura Fotografía de la carrera de Periodismo, de la cual me gradué hace tres años, en la Universidad de Holguín. Es conocido como el padre del fotorreportaje. Retrató a personalidades como Pablo Picasso, Henri Matisse, Marie Curie, Edith Piaf, Fidel Castro y Ernesto Guevara.
“Conocía muchos datos de su carrera, pero fue una foto que circuló en las redes sociales la que me llamó la atención y me hizo investigar su obra. La imagen muestra el corredor de La Periquera a inicios de los ´60: una mujer y dos niñas caminan hacia la cámara; otras personas lo hacen en sentido contrario; las vidrieras con los maniquíes y los trajes de moda; los toldos para ocultar el sol; las revistas y periódicos de entonces…
“Muchas personas en Facebook aseguraban que esta foto era de la autoría de Henri Cartier-Bresson. ¿Estuvo en Holguín en su segunda visita a Cuba a inicios de 1963? ¿La foto realmente es de quien fuera nombrado por muchos “el ojo del siglo XX”? Ese fue el punto de partida.
“Adelaida de Juan publicó más de un artículo sobre Henri Cartier-Bresson, pero no menciona en ninguno de ellos una posible salida del fotógrafo de predios habaneros. Poco antes de fallecer me aseguró que, según lo que recordaba, él no había estado en Holguín.
“Consulté, entre otros materiales, un reportaje de la revista Life que incluye fotos tomadas por Henri Cartier-Bresson en Camagüey y Santiago de Cuba. Me preguntaba: si estuvo en esas provincias, ¿pudo estar entonces en Holguín a inicios de 1963? Pero la prensa holguinera de la época no lo menciona. Esa fue la mayor dificultad y al mismo tiempo la más importante motivación para escribir el ensayo.
“Contacté con la Fundación parisina que lleva su nombre. Sus expertos me aseguraron que no pertenece a Henri Cartier-Bresson. Espero poder visitar la Fundación durante la visita a París y ver los originales tomados en Cuba.
“El descubrimiento no me desilusionó, pues esa foto que circuló por las redes sociales –ya sea de Henri Cartier-Bresson o no, siempre queda la posibilidad– fue el germen para investigar. Saber, además, que la investigación me regaló un premio como el Casa Víctor Hugo me reconforta”.
Erian es más un hombre de letras. No obstante, respeta y admira la fotografía como arte y el buen fotoperiodismo:
“Las nuevas tecnologías han condicionado su creciente desarrollo. Me gusta mucho el arte de Louis Daguerre, pero como no tengo cámara fotográfica adecuada, prefiero utilizar las fotografías de amigos que conocen el lente mejor que yo. De vez en cuando, saco el celular y con su cámara tomo yo mismo las fotos que acompañan mis textos”.
Esa será la misma técnica que emplee cuando salude a la Ciudad de la Luz con un afrancesado Bonjour, París.
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