Ya llega la bailarina…
- Por Liset Prego Díaz
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Una pasión heredada tal vez de sus ancestros, impulsa a Mónica González Martínez, quien me recibió en su casa y café mediante, me contó de una vida signada por la fuerza y la pasión.
Mientras hablábamos en una sala marcada por el tiempo, que alguna vez fue también local de ensayo, sus hijas de 9 y 2 años revoloteaban, la mayor solícita, educadísima y silenciosa; la pequeña hace que sonría cada dos minutos al volver a escuchar sus ocurrencias mientras transcribo, horas después, mi conversación con esta joven que ha seguido el curso de un sueño, no sin sobresaltos.
Primeros pasos
Siempre soñé bailar flamenco nunca me interesó otro tipo de danza, aunque recibía clases de ballet en la academia del teatro lírico.
Marisel Godoy, directora de Codanza, trajo a un profesor de flamenco en 1998, pero solo fueron tres meses, al final quedamos tres muchachas y sugerí formar un ballet. Hicimos una convocatoria y estuvimos un año completo conformándolo. Así nació lo que hoy es la compañía Monik Dance Ballet Español de Holguín.
Esto lo hice cuando tenía 16 años y fue muy difícil pues debí dirigir a mujeres mayores que yo, y tenía que ser fuerte para que me respetaran.
Algunas de llas muchachas que he formado están en compañías importantes y parte del ballet estuvo en Turquía.
El flamenco: un modo de expresión
Durante muchos años estudié con el Ballet Liz Alfonso, el Ballet Español de Cuba, Ecos y Aires, agrupaciones con las que aprendí un poco de todos, aunque pefiero el estilo flamenco, pero siempre mezclamos un poquito con las danzas modernas.
Me gusta mucho el flamenco tradicional en el que puedes expresar más tus sentimientos, la pasión, la fuerza. En él, según el palo, que es como se llaman los géneros, puedes expresar más las emociones.
La música como medio y fin
En realidad, en el flamenco el músico se debe a la danza. Quien dirige la función es el bailarín. Él es quien le dice al músico cuándo tiene que cerrar para hacer una escobilla, que son los taconeos; cuando hacer letra para bailar, pero es muy difícil crear un grupo de música flamenca en Holguín, porque lleva un conocimiento y práctica diferentes a otros géneros. Aquí hay quienes hacen rumbas y otras cosas que son más fáciles, no obstante, para llegar a tocar bulerías, alegrías o fandangos, hay que estudiar mucho.
Como no tenemos ese tipo de agrupaciones aquí hago los espectáculos con música grabada y debo regirme por ella. Para hacer una función busco los géneros que quiero bailar y a partir de ahí voy creando.
Una escuela, semilla y futuro
En 2003 mi mamá sugirió hacer una escuela y así garantizaría el relevo y ya la academia Amor Flamenco tiene 14 años. Pueden ingresar a partir de los cuatro años y hasta los 15.
Como es una escuela-taller es para formar la vocación, no realizo pruebas de aptitud. A partir de los ocho años hacen exámenes de todas las asignaturas y las que obtienen más de 85 puntos pasan al ballet infantil o el juvenil que son los de mayor nivel técnico y cuando son adultas pasan a la compañía como tal.
Actualmente son 60 niñas las que se encuentran matriculadas. Durante todo el periodo lectivo habitual, ellas reciben clases de ballet, flamenco y preparación física.
Este año comencé a preparar a dos de mis bailarinas para que impartan las clases para dedicarme un poco más a la coreografía y a mí como bailarina pues todo este tiempo salvo un breve periodo en que mi hermana me acompañó, he impartido yo sola las tres materias.
Siempre he instado a mis alumnas y sus padres a ser una gran familia, me llevo muy bien con todos y siempre colaboran. Si hay un problema ellas me lo cuentan y yo las siento a todas y les hablo, somos muy unidas y no permito la envidia o el celo.
En esta ocasión la gala de fin de curso será en la sala Raúl Camayd del teatro Eddy Suñol, con un espectáculo llamado Ilusiones, en el que entre otras sorpresas cantará mi hija mayor.
La persistencia de una pasión
El vestuario, maquillaje, calzado, accesorios, sale de los padres quienes nos apoyan muchísimo y gracias a ellos se mantiene la compañía, en el caso de los adultos también sale de nuestros bolsillos, porque hace solo un año que nos evaluaron y ya somos profesionales después de mucho tiempo de intentarlo.
Hace siete años tenemos una peña, todos los terceros miércoles de cada mes, en sala Alberto Dávalos del teatro Eddy Suñol. En ella actúan todas las niñas y los adultos de la compañía, así como algunos invitados.
La gratitud, un don
Agradezco a mis padres y hermana por su apoyo incondicional y darme el aliento para seguir cuando todas las puertas se me han cerrado, a mis hijas porque la fuerza para continuar la tengo por ellas, al doctor Filiberto Betancourt, que es quien atiende a todas mis alumnas a cualquier hora cuando se lesionan y a todas las personas que me han apoyado.
Perder para ganar
Tuve posibilidad de integrar el Ballet Español de Cuba y no lo hice por mantener la compañía en Holguín y lamento no haberme ido porque aquí para que te abran una puerta tienen que pasar muchos años.
No me arrepiento de lo que he logrado, pero he tenido que enfrentar muchos obstáculos y he tenido poco apoyo institucional.
Aun así, vivo feliz de todo lo que he recibido y las muchachas que he formado y estoy orgullosa del trabajo que he hecho. Creo que todo está en el esfuerzo que se le ponga a lo que uno hace. Un bailarín puede no tener todas las condiciones, pero si se esfuerza puede obtener lo que quiera.
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