Comienza el rescate del bolero
- Por Abel Isaac Cruz Padilla
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“Inicié el Festival Boleros de Oro por amor al género. Y porque Holguín es una importante cantera de la música cubana. Con la ayuda de mi esposo, Urbano, comencé el evento en la Uneac, en el año 2004. La idea la tuve con el maestro José Loyola Fernández. Se lo comenté a Julio Méndez Rivero, el presidente de la Uneac en la provincia, y me dijo que echara palante”, afirma Gladys María, cantante solista.
Durante aquellos festivales tuvo la oportunidad de hacer giras por todo el país y compartir en los escenarios con grandes figuras del bolero, tales como Omara Portuondo, Ela Calvo, Raquel Hernández, Mundito González y el maestro Joaquín Betancourt.
La creadora de la celebración en honor a este género cubano tuvo un importante apoyo para la organización de aquellos Boleros de Oro, porque “entonces había mucha alegría y deseos de trabajar”.
Víctor Osorio, experimentado director artístico, relata que la calidad de los eventos era muy elevada, con gran despliegue de originalidad. En su caso, trató de mantener el reto de estimular la creatividad en cada edición.
“Yo hacía otro tipo de espectáculos, y gracias al maestro Joel Rodríguez llegué al Boleros de Oro en Holguín. Cada año sorprendíamos porque había un largo proceso de investigación, íbamos más profundo en el bolero, y convocábamos a cantar algo diferente a tono con las dedicatorias del evento a nivel nacional”, explica Víctor.
Antes de iniciar el primer festival, Gladys María ya había creado la base para el Boleros de Oro: la Peña Alma con Alma, en 2003, la cual lleva el nombre del emblemático bolero de Juanito Márquez. Siempre la ha realizado en la Uneac, con formato de tres músicos: saxofonista, pianista y percusionista.
Por la calidad de la peña, Gladys fue elegida para participar en el Festival Internacional Boleros de Oro, en La Habana, durante varios años: “Está entre las alegrías más grandes de mi vida. Allí crecí mucho como cantante y como persona amante de la música. Tuve experiencias muy bellas en las diferentes sedes del evento, en el Teatro Mella, el Teatro América, el Carlos Marx, el Astral, el Hotel Lido… la descarga mayor, cuando terminaba el festival, se realizaba en la Uneac con todos los artistas invitados”.
La peña se ha mantenido firme desde que inició, en cambio, el festival en Holguín lleva una década muerto. Este 19 de agosto Alma con Alma cumple 20 años y a su celebración están invitados Yamila Rodríguez; Félix Ramos; el maestro guitarrista y director del septeto Zenda, Camilo de la Peña; el saxofonista Julio Avilés…
Sin embargo, esta festividad no se realizará el sábado 19, sino el domingo 20… ¡Porque el sábado acontecerá, por primera vez, en 10 años en la ciudad de Holguín, la gala de inauguración del Festival Boleros de Oro!
“Para nosotros es una añoranza como artistas del bolero antológico. Realizar este festival está costando sangre, sudor y lágrimas. Pero están nuestras pretensiones, nuestras voces, y además hay voces jóvenes de mucho talento”, argumenta Ernesto Infante, presidente de la sección de música de la filial de la Uneac en Holguín, miembro del Teatro Lírico desde hace 44 años y solista de la Empresa de la Música.
La anfitriona y principal líder del evento, Gladys María, afirma que en estos tiempos de recursos limitados han tenido que hacer un esfuerzo mayor para realizar el festival. Y si no hubiera recibido la ayuda sorpresiva de diversas fuentes no volvería este año el Boleros de Oro. Entre los que más han aportado se encuentran la Unidad de Apoyo a la Actividad Cultural y Propaganda del Partido.
“Ha sido un gran esfuerzo desde la producción, por parte de Mayda Escalona junto a la solista Gladys María, y nosotros le estamos poniendo alma para rescatar este evento”, afirma Víctor Osorio.
Alexei Núñez Varona es el director musical y se encarga del montaje de las obras y la revisión de todas las partituras con el objetivo de que cada ensayo sea ejecutado con limpieza y precisión. Esta es su primera experiencia en Boleros de Oro como director musical y a pesar de eso se encuentra seguro: “Cuento con la inmensa suerte de que los grandes maestros me guían con sus consejos y su sabiduría. Creo que eso garantiza el relevo para poder seguir haciendo el bolero con calidad”.
El cantante Félix Ramos, solista desde el año 1967, cuenta que el reinicio de esta celebración es una gran sorpresa porque ha pasado demasiado tiempo sin festival. Félix es uno de los intérpretes experimentados que honrarán esta edición de Boleros de Oro.“Uno de mis grandes orgullo es que escogieron para que yo cantara un número de un amigo, Lino Borges, la canción Vidas consentidas”.
Otro de los maestros de la música holguinera que le otorga su sabiduría sonora al festival es el pianista y compositor Joel Rodríguez. Al igual que Félix, dignifica la obra de un amigo: “Tengo el gusto de presentar el arreglo de un número del gran músico holguinero, Manuel de Jesús Leyva. Es un arreglo que hice con mucho gusto porque era una persona muy querida para mí y tengo la tristeza de que cuando lo terminé, él ya no estaba”.
El cantante Nadiel Mejías recibió el privilegio de interpretar un tema de la autoría de William Cordero, una de las figuras principales de la historia del género en Holguín, el cual mantuvo feliz a los ciudadanos durante 30 años con el romanticismo del bolero a través de La Peña del Amor.
“El maestro William Cordero fue uno de los que cuando inicié en la música, con 14 o 15 años, me preparó, me ayudó mucho. Espero que el público de Holguín lo asuma con orgullo y respeto por la obra de ese grande de la música holguinera”, afirma el solista con 22 años de carrera artística.
Este Boleros de Oro está dedicado a William Cordero por sus más de 60 años de obra musical. Su calidad como cantante y compositor lo llevó a compartir escenario con prominentes artistas de nuestro país, como Bola de Nieve, Rosita Fornés, Omara Portuondo, Luis Carbonell y Germán Pinelli.
William es fundador del Teatro Lírico Rodrigo Prats. Formó parte del trío Los Viajeros, con el que grabó un disco de 45 RPM. Durante años lideró el contingente Juan Marinello.
Es uno de los formadores de las nuevas generaciones de músicos holguineros, tanto del teatro lírico, como de la música popular. La solista Gladys María fue una de sus aprendices. Entre sus composiciones destacan Como un cristal, Con la misma impaciencia y Nada destruirá esta unión.
La ausencia del Festival Boleros de Oro en la ciudad de Holguín ha propiciado una distancia del género en la vida cultural. Joel Rodríguez explica que se han perdido muchos años y ahora es momento de reorganizar el pensamiento alrededor del género no solo debido a la falta de citas donde se cultive el bolero, sino también por la pérdida de su identidad en la fusión con otros géneros. “Y esto tiene implicaciones de mucho peligro porque la autenticidad cultural es la base de nuestra cubanía”, declara.
“Llegar al Boleros de Oro en Holguín después de 10 años sin celebrarse, es un reto para la cultura holguinera porque rescatar el bolero es obligatorio en estos tiempos, donde la colonización cultural nos está arrastrando a imponer nuevos modelos”, argumenta Nadiel Mejías.
Ernesto Infante se siente decepcionado por la sequía de boleros que caracteriza a Holguín en la última década. Incluso un sitio dedicado solo para esta música ya no promueve el espíritu del género. “En Holguín solo representa el bolero en la actualidad la peña de Gladys María, en la Uneac, porque el Patio del Bolero solo ostenta su nombre… porque ahí ponen hasta reguetón”, afirma el solista.
El renacer de este festival es una muestra de la voluntad de los artistas, liderados por Gladys María, para restaurar en la espiritualidad holguinera esta música originaria de Cuba y Patrimonio Cultural de la Nación.
El maestro Joel Rodríguez lo confirma: “Eso es lo que estamos tratando de hacer, mirar este género desde el punto de vista de la cultura cubana, porque las generaciones que siguen ni siquiera tienen dónde bailar y confraternizar en un lugar en el cual el bolero sea protagonista”.