El derecho de Ángel Luis

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Ángel Luis Martínez Rodríguez junto a Jessica Aguiar, una de los protagonistas. Fotos: Cortesía del entrevistado

Nacido en el poblado villaclareño de Encrucijada en 1976, Ángel Luis Martínez Rodríguez posee una prolífica carrera como actor y escritor de radio y televisión.

En entrevista exclusiva para www.ahora.cu, Ángel Luis habla sobre su amor de larga data por la radio y revela sus caminos y sus encrucijadas.

Primero, concede a los lectores el beneficio de una mínima sinopsis de El derecho de soñar:

“La primera parte, que ocurre en 1948, gira en torno a los conflictos de la actriz española María Valero acerca de la trasmisión de El derecho de nacer y las circunstancias que rodearon su trágica muerte. La Valero encarnaba a Isabel Cristina, la protagonista femenina de esa emblemática radionovela.

“En la segunda parte, que se desarrolla en la actualidad, una emisora se prepara para celebrar los 75 años de El derecho de nacer. Una egresada de la Facultad de medios de comunicación del Instituto Superior de Arte (Jessica Aguiar) es convocada para realizar un documental sobre este fenómeno radial y en sus pesquisas descubre sucesos que nunca salieron a la luz. Es una joven complicada, irreverente, de carácter fuerte, que carga viejos conflictos... Lo siento, no puedo revelar más”.

¿Qué puede esperar el espectador cubano de El derecho de soñar?

Una telenovela con todas las de la ley, un melodrama con todos sus ingredientes: triángulos amorosos, secretos, intrigas, lucha de contrarios, grandes pasiones… Todo eso va a estar y también, por supuesto, pinceladas de la actualidad, porque no podemos desligar la historia de lo que está viviendo nuestra Cuba en el presente. Lo fundamental que va a encontrar el espectador es ese gran homenaje a la radio cubana, a todos aquellos que apostamos por la dulce locura de hacer radio.

Ese es nuestro gran objetivo, homenajear a esos héroes anónimos que, día a día, se enfrentan a la difícil tarea y al desafío de hacer radio aquí.

Goar Mestre (Denis Ramos).

¿Cuál fue la motivación para esta telenovela?

Para conmemorar los cien años de la radio en Cuba, la productora Radio Arte me encargó una serie de diez capítulos, de veinte minutos cada uno, que se llamó Huellas en el aire. La casa productora de telenovelas, al enterarse, me convoca para que haga algo parecido en la televisión, que también quería rendirle homenaje al centenario. También convocan a Albertico Luberta para unirse a este proyecto, algo que me gustó muchísimo. Primero, pensamos en una serie, después en una serie documental, le dimos muchas vueltas al asunto, hasta que finalmente nos concretamos en hacer una telenovela.

Motivaciones tengo muchísimas, fundamentalmente por el radialista que soy. Amo entrañablemente la radio, soñé hacer radio desde que me convertí en actor profesional hasta que lo conseguí. La radio me ha dado muchas satisfacciones y es mi medio natural, donde mejor me siento. La motivación fundamental fue reencontrarme con el oyente que fui, un oyente apasionadísimo. Descubrí la radio dramatizada y las novelas a una edad muy temprana de mi vida y me convertí en un oyente chiflado. Escuchaba todas las novelas de todas emisoras que cogía mi radio. La radio me salvó en momentos difíciles de mi vida, fue alivio, compañía, sostén. Ese es el motivo de la alegría tan grande que encontré al escribir El derecho de soñar.

María Valero (Yaremis Pérez), Ernesto Galindo (Niu Ventura) y Minín Bujones (Karla Santos).

Después de pensarlo mucho, decidimos acercarnos al fenómeno de la trasmisión de El derecho de nacer, la radionovela de Félix B. Caignet, pero centrado en la figura de la actriz María Valero y su trágica muerte. Nos pareció interesante, algo que la inmensa mayoría desconoce y queríamos traer eso a la luz y, a la vez, rendirle homenaje a Caignet. También mencionar lo que se llamó “la guerra del aire”, entre el fundador del circuito CMQ, Goar Mestre, y Amado Trinidad, propietario de RHC Cadena Azul. Estos dos grandes hombres se disputaban las audiencias y cada uno, a su manera, hizo muchísimas cosas por el desarrollo de la radio en Cuba. Después, traer la novela a la actualidad, con hilos que conectan las historias que no se solucionaron en 1948 y se resuelven en la actualidad, con personajes que crean nexos entre una trama y la otra. Nos rompimos la cabeza para que el público sienta que es una sola novela. No puedo adelantar nada, ya los espectadores lo verán y dirán si estoy equivocado, o no.

¿Cómo funciona el binomio Martínez-Luberta?

El binomio fue espectacular. Tuve al compañero ideal para esta empresa, porque viene de una herencia familiar de radio muy fuerte; al igual que yo, ama entrañablemente a la radio desde su raíz y fue una fiesta acercarnos a este medio. Albertico tiene un talento para contar historias y funcionamos muy bien porque, además, es una persona muy humilde, que escucha, que entiende. También quiero señalar la labor de las dos asesoras dramatúrgicas que tuvimos, Lully Larramendi y Eunice Peña. Logramos la química perfecta, nos divertíamos mucho en cada encuentro de trabajo. Por primera vez en mi vida, yo iba a un encuentro de trabajo, en la televisión, feliz y deseoso de que llegara ese día, porque ninguno quería llevarse el protagonismo y los cuatro nos enfocamos en concebir la novela lo mejor posible. Esta fue una obra que escribimos contrarreloj, porque después de Asuntos pendientes venía lo que llamamos un hueco en la trasmisión de las telenovelas y la casa productora se dio a la tarea de cubrir ese espacio. A mí me convocaron en enero del año pasado, en marzo o abril empezamos a hablar de la telenovela y ya en julio empezó la prefilmación, sin que hubiésemos terminado de escribir los capítulos.

Félix B. Caignet (Delvis Fernández)

Tratar dos épocas históricas no supone una escisión o pérdida de continuidad dramática ¿Por qué tan breve la primera parte?

Lamentablemente, la primera etapa solo tiene siete capítulos. La novela cambia de etapa, justamente, en el capítulo siete. Son tan pocos por cuestiones de producción. Estas producciones de época son muy caras y se sabe la situación que atraviesa el país; no obstante, creo que estos primeros capítulos son un logro. Ojalá sea el inicio de nuevas propuestas que aborden temáticas que no sean actuales.

¿Cómo se realizó el proceso de casting?

El casting lo conformó Alberto Luberta, que es el director general de la telenovela. Yo le hice más de una sugerencia y él también me consultó en varias ocasiones sobre los actores que pretendía interpretaran ciertos roles. Aunque es decisión del director, me sentí muy respetado, valorado, y mis opiniones fueron tomadas en cuenta la mayoría de las veces.

¿Qué rostros verá el telespectador cubano en esta telenovela?

Hay grandes nombres, consagrados como Verónica Lyn, Luis Rielo, Irela Bravo, Héctor Noas, Rubén Breñas, Roberto Perdomo, Fernando Hechevarría o Ana Gloria Buduén, y talentosos actores jóvenes, como Ray Cruz, Ana Laura Germán, Yass Beltrán y Jessica Aguiar, que son la pareja protagónica de la segunda etapa. ¡Ah!, y la presentación, en la TV nacional, de la actriz villaclareña Yolepsis González.

El guionista junto a la actriz Verónica Lyn.

Varios miembros de este elenco interpretarán a figuras reales de la historia de la radio en Cuba, como los empresarios Goar Mestre (Denis Ramos) y Amado Trinidad (Roque Moreno), el escritor Félix B. Caignet (Delvis Fernández) y los actores Ernesto Galindo (Niu Ventura), José Goula, Don Rafael del Junco en la novela de Caignet (Jorge Martínez), Gaspar de Santelices (Ray Cruz), Lupe Suárez, la Mamá Dolores en la radionovela original (Yailín Coppola) o Minín Bujones, que sustituyó a la Valero como Isabel Cristina (Karla Santos). Algunos de ellos actúan en la segunda etapa encarnando otros roles.

Recién terminó la grabación, ¿qué retos supuso?

Los capítulos de época se grabaron primero, en el mes de diciembre; a partir de enero, comenzaron a grabarse las escenas de la actualidad. El reto productivo fue que se conformaron dos equipos: uno a cargo de Albertico Luberta y otro que dirigió Ernesto Fiallo, por la premura de que la novela debe estar en julio en la pantalla. Yo creo que ese es el reto fundamental: lograr unir en una sola novela el trabajo de dos directores.

¿Qué contratiempos supuso el fallecimiento del popular actor Rubén Breñas antes de concluir la grabación?

La muerte de Breñas fue algo inesperado y conmocionó a todo el equipo. Lamentamos profundamente su fallecimiento.

Quedaron algunas escenas importantes por grabar y tratamos de encontrarle solución a partir del propio guion. Es un personaje magnífico el que interpreta en esta telenovela y va a ser una despedida muy hermosa de un actor para con su público. Estoy convencido de que el personaje de Rubén va a atrapar a todos los espectadores.

Simultaneas el trabajo de guión con la actuación en radio y TV, ¿cuál es tu receta, cuáles los vasos comunicantes? ¿Cómo favorece o limita este doble vínculo?

Soy actor y la palabra guionista me pesa un montón. No sé lidiar mucho con ella, a pesar de que he escrito muchísimas cosas para la radio y la televisión. Creo que la actuación complementa la escritura de alguna forma, porque me cuesta más, tengo que pensar mucho, organizar muchas cosas en la cabeza, y en la actuación no: llego a un estudio, se desdobla un guion y ya estoy actuando. Es algo natural, no tengo que esforzarme mucho, amén de que utilizo todos mis sentimientos, pero está ahí, a flor de piel.

La actuación me sirve como alivio, como terapia, me ayuda a desestresarme cuando estoy en el proceso creativo de escribir una radionovela o una telenovela. Puedo estar en toda una mañana escribiendo y después me voy a la radio, actúo y todo ese estrés se libera, y ya, a respirar y a enfrentarme a la escritura con más deseo e ímpetu. Me defino como un actor que encontró este camino para aliviar los fantasmas que llevaba por dentro, aunque tampoco me considero un guionista de profesión. Me gusta que me llamen así: un actor que escribe.

Hombre de radio pero incursionas en la tele, actor de formación aunque trabajas guiones, villaclareño y emigras a La Habana… Háblame sobre esos umbrales, esas puertas…

Comencé actuando con Teatro Escambray, donde aprendí muchísimo, y tuve referentes y maestros muy importantes. Después me fui a la CMHW, la emisora provincial de Villa Clara, donde escribí mi primer guion de radio y donde descubrí la magia de actuar para este medio. Me di mis buenos trastazos en la “W” hasta que encontré el camino para seguir en el medio. Luego, vine para La Habana y donde más he trabajado ha sido en Radio Progreso. A Caridad Martínez la conocía desde festivales y eventos, pero en Radio Progreso me uní más a ella y fue Caridad, casualmente o no, porque en la vida nada es casual, quién me recomendó para la televisión. Gracias a ella, a su palabra y su esfuerzo, pude escribir mi primera telenovela, Tierras de fuego, en coautoría con Joel Monzón.

Varios premios Caricato te avalan como actor, ¿qué significan?

Hay quién dice que no le gustan los premios, hay quién dice que no los espera, hay quién dice que no significan nada; en mi caso particular, estaría engañándome si te dijera que no me gustan y que no los valoro. Me encanta que me premien porque me da la medida de que el trabajo, el esfuerzo, el susto que implica actuar y escribir para los medios, no ha sido en vano.

Hay premios que te satisfacen más que otros y personajes que te gustan más. Después de todo un año enfrentándote a un personaje que te ha desvelado y al que le has entregado tu vida, tus sentimientos, tu alma, es muy reconfortante que un jurado lo encuentre digno de un premio.

¿Qué lugar ocupa Radio Progreso en lo profesional y lo afectivo?

Radio Progreso fue el lugar que me acogió cuando llegué a La Habana en el año 2007. He tenido la oportunidad de hacer millones de cosas allí, desde escribir muchas novelas hasta interpretar a muchos personajes. Veo a Radio Progreso como el lugar al que siempre voy a regresar. Quiero destacar el nombre de Caridad Martínez, que me acogió con beneplácito y me dio infinitas oportunidades. Establecí una relación de trabajo y de amistad, casi de familia, con Caridad, que se mantiene hasta hoy y, realmente, tengo muchísimo que agradecerle. Por eso, también ha sido importante que Albertico esté en este proyecto conmigo. Caridad dirigió mis novelas para la radio y ahora Albertico Luberta, su hijo, dirige una novela de ambos para la televisión.

El derecho de soñar es tu tercera telenovela, ¿qué ganancia o retos te dejaron las anteriores, como producto artístico susceptible de elogios y de crítica?

Escribir para la televisión es un desafío. La telenovela cubana tiene el reto de complacer a más de once millones de personas y eso es algo imposible de conseguir. Lo he ido aprendiendo a lo largo de todo este trayecto. Tierras de fuego fue una novela que me trajo satisfacciones. Joel Monzón y yo la concebimos a partir de una radionovela mía, Luna en creciente. La televisión estaba buscando una telenovela de tema rural, algo totalmente olvidado por el dramatizado cubano; después de Tierras de fuego se volvió a olvidar. Fue una novela querida por muchos, odiada por otros; pero creo la balanza se inclinó hacia la preferencia de las personas y eso me complació muchísimo. Tuve la oportunidad de verla cuando la volvieron a trasmitir por la televisión y la vi sin susto. En aquel momento, apenas la pude disfrutar porque era mi primera novela y eso me generaba un susto tremendo.

Florángel Cañizo (Clarita García) y Amado Trinidad (Roque Moreno)

Después vino El rostro de los días, con Serguei Sbovoda, una novela polémica que llegó junto con la pandemia. Durante mucho tiempo, me pregunté por qué razón le había tocado precisamente a mi novela llegar en un momento tan crítico y después entendí que llegó para ser como un bálsamo. Es una verdad innegable que se convirtió en tema; de ella se hablaba en todas partes, en las casas, en las pocas colas que se podía hacer, en las calles, en la farmacia… No soy una persona que se sienta a disfrutar enseguida ni me complace todo lo que hago; muy por el contrario, luché contra el éxito de la de la telenovela muchísimo. Yo decía que la gente exageraba, pero me tuve que dejar arrastrar, porque me llegaban mensajes de todos los lugares, no solo de Cuba; por eso pienso que la novela, con sus luces y sombras, llegó para ser alivio, para que Cuba pensara en otra cosa que no fuera esa dichosa enfermedad desconocida, que tan asustados nos tenía.

Tampoco nadie dice que no se podía invitar a los actores a los programas de la televisión, a Mediodía en TV ni a ningún otro; apenas tuvo promoción, pero, aun así, la novela se impuso. La crítica la asimilo y trato de aprender de ella; es un criterio, una consideración y me ayuda muchísimo, pero también pienso que quien la realiza es un ser humano como yo y puede equivocarse. Te repito, la asimilo bien y trato de aprender lo posible de ella.

Lupe Suárez (Yailín Coppola)

¿Qué opinas sobre la realización de telenovelas en Cuba?

Lo que más atenta contra la novela es que nuestras producciones son cerradas. Para que una novela comience a grabarse tiene que estar completamente escrita y eso es algo que no se hace en ninguna parte del mundo. Las novelas se van escribiendo a la vez que se están grabando, pero eso en Cuba es impensable. Una de las cosas que más me motivó para escribir esta fue la premura. Es frustrante que escribas una novela, se grabe a los tres años y salga en pantalla a los cuatro.

Por ejemplo, yo comencé a escribir El rostro de los días en el 2014 y la vi en pantalla en 2020, seis años de diferencia para una sola telenovela. Los temas se desactualizan con la realidad cambiante que está viviendo nuestro país. Yo creo que ese es el freno fundamental para nuestras producciones. Sé que hay muchas personas luchando contra eso y están apostando por disminuir los tiempos de producción y que el proceso productivo sea mucho más veloz.

Luego de El derecho de soñar, ¿qué?

Lo primero es esperar a que salga la telenovela al aire y disfrutarla. Después de El derecho de soñar hay otros planes, otros proyectos dando vueltas. Para la radio, estoy terminando una novela sobre los hermanos Loynaz, algo que me tiene sin sueño en los últimos días; también voy a seguir vinculado a mi entrañable CMHW, de Villa Clara, a la que nunca abandono y en la que siempre estoy tratando de escribir algo para que se realice por allá. Tengo otro proyecto en la televisión, no puedo adelantar mucho porque es algo que está “en pañales”, pero está relacionado con el fenómeno de la parranda en el centro del país.

 


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Comentarios  

# Caridad 07-04-2023 17:21
Tengo gran confianza en la calidad de los libretos de EL DERECHO DE SOÑAR, y del trabajo por parte de todos los integrantes de su colectivo.
Recientemente estuve en Santiago de Cuba en el evento FÉLIX B. CAIGNET IN MEMORIAN, en una entrevista para el tele-centro de esa provincia dije que todos los homenajes que se le hagan a FÉLIX B... y a EL DERECHO DE NACER, siempre resultarán pocos. Al principio de la década de los 70 se expresaron criterios muy irrespetuosos sobre este escritor y su obra.
En el reciente evento santiaguero participó Luciano Castillo, investigador y Director de la CINEMATECA, que impartió una conferencia que trataba de la obra de CAIGNET llevada al cine. Incluso se proyectó una película en la que trabajó la gran actriz cubana Raquel Revuelta, ya fallecida.
Le deseo mucha suerte a todos los integrantes de EL DERECHO DE SOÑAR.
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