Hace unos días miembros del grupo de teatro "El Ciervo Encantado", protagonizaron una sesión de fotos donde dos mujeres vestidas de novia, se besaban en el Malecón y la Plaza de la Revolución, una de las acciones más “atrevidas” para visibilizar el debate del Artículo 68, sobre el matrimonio entre personas, previsto dentro del nuevo proyecto constitucional.

Por otro lado varias iglesias cristianas, por motivos de fe, llamaron a sus fieles a pronunciarse contra dicho artículo, convocaron ayunos y repartieron volantes con una ilustración de un hombre y una mujer, en defensa del "diseño original de la familia", que puede verse por estos días en las puertas de varias casas de nuestra provincia y de todo el país.

Y es que, a pesar de la aceptación generalizada por parte de la Asamblea Nacional del Poder Popular , que aprobó el Proyecto de Nueva Constitución en julio pasado, la posible legalización del matrimonio igualitario provoca reacciones persas entre los cubanos y cubanas.

Hasta este jueves se habían realizado en Holguín 664 consultas, con el 86,9 por ciento de asistencia como promedio, en las cuales el artículo más debatido es, precisamente el 68, seguido por los referidos a las estructuras del gobierno y el periodo de mandato y el límite de edad del Presidente de la República.

De acuerdo con referencias de quienes ya han realizado sus asambleas o fueron testigos de las mismas como parte de su trabajo (periodistas, abogados, fiscales o funcionarios de persas organizaciones) resaltan como argumentos a favor: la necesidad de un país más inclusivo; la concordancia con la sociedad socialista, con nadie desamparado en sus derechos civiles...

Como argumentos en contra sobresalen: los efectos negativos en la natalidad; la transformación del modelo tradicional de familia; el problema de la adopción y la contrariedad a las leyes de Dios.

De 55 personas entrevistadas para este trabajo, 32 no están de acuerdo con el matrimonio igualitario. Sin embargo ninguna piensa en modificar el artículo 40, que es la “madre” de todos los derechos inpiduales y refrenda la igualdad en su máxima expresión, algunos ni saben que plantea este, pues están concentrados solo en el 68.

Sobre el controversial tema la joven Lía, argumentó: “Ojalá todo aquel que está en contra, entendiera que solo quieren una relación como pareja protegida por la ley, al igual que las parejas heterosexuales. Tengo dos amigas que son pareja y llevan 20 años juntas. Se conocieron cuando la hija de una de ellas tenía 12 años. La infancia de esa niña fue feliz, vivió en un ambiente de respeto y consideración. Hoy tiene 32 años, es responsable y trabajadora, graduada de Psicología y casada con un hombre, con el que lleva 12 años”.

Incluso el ciberespacio ha sido, por estos días una especie de “campo minado”. Desde allí, Gisela, cristiana practicante, aseveró: “No somos homofóbicos. Pero para nosotros la homosexualidad es pecado, nunca estaremos a favor de esta práctica. Esto no significa que despreciemos a los homosexuales. Por ejemplo, la mentira es pecado, no odiamos a quienes mienten, pero, no estaríamos de acuerdo con institucionalizar la mentira y que se vea como algo normal. Estamos a favor del diseño original de Dios para la familia, porque funciona y da como resultado matrimonios e hijos felices”.

Mientras que José Eduardo, estudiante de Periodismo, comentó: “la postura que coincide con la campaña de algunas iglesias cubanas, violenta la inpidualidad, al tratar de prohibir una decisión de índole personal. Nadie ha pedido prohibir la libertad de culto o religión. Interferir en la concesión de un derecho inpidual es un hecho lamentable y en este caso, fundamentalismo en estado puro”.

Por su parte José Enrique, vicepresidente de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, plantea: “Si no te gusta el aborto, pues no abortes. Si no te gustan las barbas, pues no te la dejes crecer. Si no te gusta la familia así, pues no tengas una de ese modo, pero deja a los otros decidir por sí mismos”.

Sin embargo, muchas personas opinan que no es un problema de homofobia, sino de que nuestra sociedad no está preparada para este cambio. Ary, por ejemplo, señaló: “no estoy de acuerdo porque pienso en los estudiantes, en primer lugar, de las escuelas primarias, ¿cómo verán a un alumno adoptado por una pareja de igual sexo? ¿Qué pasaría a la hora de preguntar nombres de padre y madre? Un gran problema para este menor”.

Similar criterio refrenda Beatriz, quien afirmó: “La juventud busca lo novedoso, aunque no sea lo mejor para ellos, no dudo que quieran casarse por verlo como moda, pues a esa edad los sentimientos son inseguros. Hay que pensar en la nueva generación, cuando vean a dos hombres o dos mujeres cogidos de mano, en la calle o besándose. No estamos preparados para esto”.

En internet hay múltiples historias diferentes, quien se identifica como YPP, replicó: “Vivo con una chica hace seis años y al enfermarnos, al no tener lazos familiares, no podemos pedir licencia o un permiso para cuidar a nuestra pareja. Nos encantan los niños y ninguna de las dos puede parir por problemas de salud. Somos mujeres trabajadoras, profesionales que le servimos a esta sociedad. No merecemos que por nuestra vida íntima se nos trate diferente a las demás personas”.

Mientras que José, comentó: “Dos amigas mías viven juntas hace años, criaron al hijo de una de ellas y ahora conviven con él, su esposa y sus dos hijas en un pequeño apartamento. Las niñas llaman abuela a su abuela y Tata a la pareja ¿Por qué no pueden ser consideradas como familia ante la ley? No debemos negarles ese derecho”.

Pero se esgrimen, también, razones como las expuestas por una Profesora de Biología, del Consejo Popular Vista Alegre, quien acotó: “en términos reproductivos, este artículo no mejora los problemas que tenemos actualmente. Solo traerá graves confusiones, porque implica cambios educativos y si se revisan los clásicos del Marxismo se entiende el papel de la familia en la sociedad. Además, el país está en medio de cambios económicos muy importantes, refrendemos primero estos temas y después entremos en otros más complejos”.

Sin embargo, con el seudónimo de Firefly, en las redes sociales una mujer trata de revocar viejos mitos y plantea: “¿Con el matrimonio igualitario la natalidad en Cuba bajará? No, ningún gay, por no poderse casar, va a empezar a tener hijos. Hay quienes dicen que se verán horrores en las calles, pues los homosexuales harán toda clase de cosas en público. Las parejas, se apruebe o no el matrimonio, seguirán ahí. Quienes son respetuosos continuarán siéndolo, quienes son groseros seguirán así, casados o no. Esto no tiene que ver con demostraciones innecesarias de afecto en espacios públicos, malas tanto en homosexuales como en heterosexuales”.

Información actualizada sobre el tema aquí: https://www.businessinsider.es/25-paises-mundo-donde-es-legal-matrimonio-homosexual-180382

En varios espacios de debate del texto constitucional, se expone la duda relacionada con la adopción. Sobre ello, Firefly, argumentó: “En Cuba, la adopción es algo fuertemente regulado por el Estado. Incluso a una pareja heterosexual, instruida y con una buena casa, les cuesta mucho trabajo adoptar y es posible que no lo logren nunca. ¿Creen realmente que cuando se apruebe el matrimonio empezarán a adoptar así de fácil? ¿Cómo?”.

Otras personas, como Zamira y Luisa, trabajadoras por cuenta propia, piensan que resulta impropio para los niños ver matrimonios gais, o que se les enseñe el concepto de familia con todas sus variantes, porque existe la ley: yo veo, yo imito y algunos infantes, en ocasiones, reproducen conductas contrarias a su orientación sexual.

Afortunadamente muchas personas piensan como Yamila, una joven universitaria, que planteó: “Me parece muy oportuno este artículo, pero no deberíamos darle tanta importancia a un solo tema cuando hay cientos de asuntos importantes que debatir dentro del nuevo texto constitucional. Vivimos en un mundo convulso y debemos enfocarnos más en crear una sociedad mejor, más feliz y próspera, solo así le ganaremos la batalla al capitalismo”.

Lo cierto es que, se apruebe o no la inclusión de este artículo en el texto final, que será sometido al referéndum en febrero próximo y donde la última palabra la tiene el pueblo, la consulta popular representa, desde ya, una excepcional oportunidad para el ejercicio pedagógico de cómo se emiten y se respetan los criterios diferentes. Un espacio de diálogo entre hermanos, para aclarar dudas y eliminar mitos.

Créditos:

Periodista: Ania Fernández Torres
Edición: Luis Mario Rodríguez Suñol
Fotos: Carlos Rafael y Archivo
Desarrolladora web: Yeni Nogueira